La temperatura y tiempo ideal del agua para ducharse
Proponte controlar la temperatura ambiental del cuarto de baño e ir disminuyendo un poco cada día la temperatura del agua de la ducha. Con el empleo de un calentador solar además de ayudarte a tu bolsillo a la reducción del recibo de gas, también te ayuda a cuidar tu salud.
El agua a temperatura caliente (25-30 grados) es perfecta para ducharse y aliviar contracturas, pero es recomendable estar alrededor de 15 minutos en la regadera.
La temperatura ideal del agua de la ducha seria templada, entre 25 y 30 grados, y una duración aproximada de 8-12 minutos. Si es un baño, la temperatura variará según la finalidad que se busque.
El agua a temperatura caliente (29-37 grados) es perfecta para relajarse y aliviar contracturas, pero no es recomendable estar más de 15 minutos, ya que si no la piel se deshidrata.
Un baño con agua templada relaja, refresca y activa la circulación. Los baños con agua fresca (18-24 grados) reactivan, pero han de ser cortos para evitar el entumecimiento. En ambos casos el agua excesivamente caliente (más de 38 grados), reseca la dermis y puede cuartear la piel. Por ello, Clara Ferrer, vocal de Dermofarmacia del COF de Gerona recomienda que la temperatura del agua no sobrepase la temperatura corporal, unos 37 grados en un lapso de 15-18 minutos.
Los beneficios de una ducha con agua templada son múltiples:
1. El aspecto de la piel mejora.
2. Evita enfermedades de la piel.
3. Se mantiene más hidratada, tersa y con los poros cerrados.
4. Mejora la circulación y mantiene a raya las varices.
5. El cabello no se engrasa tanto y está más brillante (color natural).
Estimula el metabolismo y quema más calorías.
PERJUICIOS DE DUCHARSE CON AGUA DEMASIADO CALIENTE
En cambio, abusar diariamente de agua muy caliente tiene sus consecuencias. Se eliminan los lípidos y la grasa natural de la piel que forman una barrera natural que previene la evaporación del agua.
“La piel seca adquiere un aspecto cuarteado, áspero, tirante y con picor. Puede acelerar el proceso de envejecimiento y la aparición de arrugas”, explica la experta.
Además, al perder la protección natural, la piel se hace más vulnerable a los agentes externos, pudiendo aparecer dermatitis, alergias, infecciones, etc.
El cuero cabelludo también sufre la deshidratación por la pérdida de los lípidos y podría producir más cantidad de cebo para compensarlo, con lo que los poros quedarían abiertos.
DUCHA EN PERSONAS CON ENFERMEDADES DE LA PIEL
Las personas con alguna enfermedad en la piel deben evitar el agua caliente y ducharse con templada.
En psoriasis el agua a elevada temperatura reseca la piel, causa picor e irritación e, incluso, podría empeorar la enfermedad. Aunque “los baños ligeramente calientes con sustancias emolientes alivian el picor y humectan las placas psoriásicas, aparte de tener un efecto relajante”, indica Ferrer.
Si el individuo tiene rosácea, el agua caliente provoca vasodilatación, lo que agravaría la patología. En pieles con acné, demasiada temperatura resecaría la piel y produciría un desequilibrio lipídico que podría empeorar las lesiones. “También abriría los poros y serían más susceptibles de acumular bacterias y residuos”.
por: Ezequiel Jimenez Soto
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