Cuidar
del planeta está de moda, y eso es bueno. Más allá de la exposición mediática
de figuras como la adolescente sueca Greta Thunberg y sus Fridays for Future,
un movimiento que se ha expandido como la pólvora por todo el mundo, “el
compromiso medioambiental ha arraigado profundamente en la conciencia de la
sociedad y, especialmente, en la de los más jóvenes. Los problemas derivados de
la contaminación y el cambio climático no hacen sino reforzar la necesidad de
actuar”.
“Cuando
se habla de todo esto, en lo primero que piensas es en plantar árboles y crear
jardines, pero hay mucho más”, recuerda Alejandro Carbonell, CEO de la startup
valenciana Green Urban Data. “Desde psicólogos que estudian el impacto de las
zonas verdes en las personas, hasta investigadores que evalúan los efectos de
la contaminación en la salud”.
El medio ambiente es cuestión de todos
Ciudad
de México, México, en octubre del 2019, México Ambiental. – La vida en las
ciudades cada vez es más calurosa. El concreto absorbe e irradia luz solar,
complementado a la concentración de personas, automóviles y maquinarias que
aumentan las temperaturas. Por eso, las urbes son entre 5° y 9°C más cálidas
que en las áreas rurales.
El
calor extremo ha traído como consecuencia, la veloz demanda de unidades de aire
acondicionado. El consumo de energía de estos aparatos ha impulsado aún más el
aumento de temperaturas y de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las
ciudades y sus habitantes seguirán tomando medidas para mantenerse frescos, en
especial frente al aumento en la frecuencia y la intensidad de las olas de
calor, que afectan gravemente el funcionamiento de las ciudades y la salud de
sus ciudadanos.
Las
muertes relacionadas por el calor y la reducción de la productividad laboral
están en aumento, se estima en 2.2% horas de trabajo perdidas en todo el mundo
en el año 2030. Para 2050, 1.600 millones de personas podrían enfrentar
temperaturas máximas promedio de verano de 35 °C -aproximadamente 1.400
millones más personas que hoy-.
“Alrededor
de 40% de la energía consumida por los edificios en todo el mundo se usa para
calefacción y refrigeración de espacios”, dice Martina Otto, quien dirige la
secretaría de la Alianza Global de Edificios y Construcción (GlobalABC) del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Los
sistemas de refrigeración activa deben ser más limpios y eficientes mientras
diseñamos edificios con una refrigeración pasiva e incluimos soluciones basadas
en la naturaleza en edificios y espacios públicos urbanos. Necesitamos pasar de
la noción de enfriamiento del espacio a una noción de confort térmico.
Las
ciudades están trabajando en soluciones innovadoras, como la inversión en energías
renovables, techos y fachadas verdes, y paisajismo urbano con soluciones
basadas en la naturaleza, como los corredores verdes, una oferta bien
articulada de espacios públicos.
Todo
apunta a las renovables, ya que México tiene el potencial para el uso y avance de estas tecnologías. “El mundo tiene
que aprender a depender de sí misma en temas energéticos, y el camino es el de
las energías renovables y la eficiencia energética. Cuanto más se invierta en
esto, mejor”, sostiene Juan José Coble, director del Máster en Energías
Renovables y Eficiencia Energética en la Universidad Nebrija. Según el último
informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas
en inglés), a finales del 2018 había ya 11 millones de personas trabajando en
el campo de la energía renovable en todo el mundo. Ingenieros de proyectos en
energías renovables, especialistas en operación y mantenimiento, ingenieros de
diseño, project managers o técnicos comerciales de los que 3,6 millones se
sitúan en el sector fotovoltaico, dos millones en el sector de biocombustibles
líquidos, dos en centrales hidroeléctricas y 1,16 en el sector eólico, además
de otros 800.000 profesionales dedicados a la energía solar. Un sector en el
que además se está equilibrando la balanza de género, con un 32 % de los
puestos ocupados por mujeres.
Está
claro que las ciudades más grandes del mundo tienen un amplio menú de opciones
para elegir. Pueden predicar con el ejemplo a través de contrataciones
sostenibles en sus propios edificios, uso de energías renovables, emitir
estándares de desempeño, usar su autoridad de planificación y establecer
alianzas con el sector privado. Al aprovechar estas alternativas, los gobiernos
locales pueden reducir el calor en las ciudades y ayudar a encaminar al mundo
hacia un futuro más fresco.
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