“El agua
es la fuerza motriz de toda la naturaleza”- Leonardo
Da Vinci.
Todos
somos conscientes de la importancia del agua como elemento de vida y bien común
para la supervivencia de los seres vivos que habitamos la Tierra. Sin lugar a
dudas, el mayor beneficio que nos proporciona el agua, comúnmente llamado
"oro azul", es el uso que hacemos de ella para hidratarnos. No
obstante, el agua desempeña otros múltiples usos en nuestro día a día; usos en
el riego de cosechas de agricultura de regadío, en las industrias, en el agua
que utilizamos con fines domésticos (cocinar, asearnos y limpiar), etc. De esta
forma, el agua se considera uno de los indicadores más importantes de salud
pública de cualquier población.
Por
otro lado, fuera del ecosistema antrópico, el agua es el estabilizador de la
Tierra, ya que controla los climas y limpia la atmósfera de partículas
contaminantes. También es considerado el disolvente universal por excelencia,
pues en ella es posible solubilizar casi todas las sustancias y, por si fuera
poco, también gracias al agua las plantas son capaces de absorber sus
nutrientes.
El
agua es la fuente de la vida y en este planeta una minúscula cantidad, menos
del 1% del agua, está disponible para cerca de 7 billones de persona y una
multitud de ecosistemas de agua dulce. Esa minúscula cantidad es la que tenemos
que utilizar para cubrir todas nuestras necesidades, riego, industria, agua
potable y servicios sanitarios y las necesidades de miles, sino millones, de
otras especies con las que compartimos el planeta.
El
estilo de vida del mexicano exige unos 6.800 litros diarios y el 70% de esa
cantidad está destinado a sustentar nuestra alimentación. Si cada uno de
nosotros aprendiera a conservar solo un poco más de agua, podríamos conseguir
grandes ahorros. Deberíamos comenzar con estos sencillos cambios:
- Elige un jardín exterior apropiado a tu clima. Las plantas y el césped autóctono que prosperan únicamente gracias al agua de lluvia son los mejores.
- Instale duchas de bajo caudal y para los grifos. Al ahorrar agua caliente,
también reducirá su factura eléctrica.
- Si está buscando un
inodoro, compre uno de bajo volumen, ultra bajo volumen o con doble cisterna.
- Arregle los grifos que
goteen. Todas esas gotas desperdiciadas pueden llegar a alcanzar los 37-95
litros de agua al día.
- Solo ponga en
funcionamiento el lavavajillas y la lavadora cuando estén llenos. Cuando sea la
hora de sustituirlos, compre un modelo que sea eficiente en cuanto al consumo
de agua y energía. Recuerde que, ahorrando agua, ahorra energía y ahorrando
energía, ahorra agua.
- Coma un poco menos de
carne, especialmente ternera. La fabricación de una hamburguesa normal puede
requerir unos 2.300 litros.
- Compre menos cosas. La
fabricación de todas las cosas gasta agua. Así que, si compramos menos,
reducimos nuestro consumo de agua.
- Recicle el plástico, el
vidrio, los metales y el papel. Compre productos reutilizables en lugar de
productos de usar y tirar, ya que la fabricación de casi todo requiere agua.
- Cierre el grifo
mientras se cepilla los dientes y lava los platos. Recorte en un minuto o dos
el tiempo que dedica a la ducha. Incluso las cosas más pequeñas pueden marcar
la diferencia si las hacen millones de personas.
Además, para cuidar la calidad de las aguas también podemos hacer lo siguiente:
- Gastar menos jabones y suavizantes, o comprarlos libres de
fosfatos. La mayoría de los jabones contienen fosfatos que aumentan la
eutrofización de las aguas.
- Lavar la ropa en frío y también en la lavadora. La mayor
parte de los tejidos actuales son sintéticos y tienen algún componente
plástico, por lo que las altas temperaturas degradan el plástico y rompen el
tejido, las fibras escapan por las cañerías y llegan a ríos y océanos
aumentando la cantidad de plásticos en ellos.
- No tirar los productos de higiene femenina por el inodoro.
Deben desecharse en la papelera pues contienen plástico, contienen material
biológico que puede ser contaminante y también pueden obstruir las tuberías. Si
no deseas gastar tanto plástico existen alternativas como la copa menstrual que
está hecha de silicona natural es reutilizable y se puede esterilizar varias
veces.
- Evitar el uso de innecesario de medicamentos. No tomes
antibióticos si no te los ha recetado el médico y evita el uso de
antiinflamatorios y analgésicos si no es estrictamente necesario, como el
ibuprofeno o paracetamol, ya que contaminan las aguas, aparte de ser más
beneficioso para tu salud. Estudios científicos recientes han descubierto
concentraciones alarmantes de antibióticos y medicamentos en cursos de agua
naturales y efectos en organismos acuáticos. Para desinflamar y/o aliviar
dolores leves o medios, puedes sustituirlos con terapias naturales basadas en
plantas medicinales (busca fuentes de información fiables o especialistas) o
técnicas de relajación y descanso.
- No comprar productos cosméticos que contengan microesferas
de plásticos como pastas de dientes o exfoliantes. También existen exfoliantes
ecológicos que contienen sal o piel de almendras que tienen el mismo efecto y
no contaminan.
- Y, sobre todo, no tirar líquidos peligrosos y contaminantes
por el fregadero, inodoro o directamente a los ríos como aceites, disolventes,
pinturas o combustible. Los puntos limpios existen para deshacerte de estas
sustancias de una forma más adecuada.
Entérese
del origen del agua que bebe, el río, el lago o el acuífero que suministre a su
hogar. Una vez que lo conozca, se preocupará por él. No querrá malgastar el
agua.
Por todo ello, proteger y conservar el agua es de vital importancia, especialmente si tenemos en cuenta el grave conflicto de la
escasez de agua.
Bibliografía
- Agudelo, R. M. (2005) El agua, recurso estratégico del siglo XXI. Revista Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia. Volumen (23): 93-101.
- Equipo de Redacción (19/03/2018) ONU: En 2050 cerca de 5.000 millones de personas vivirán en zonas con escasez de agua. Revista EFE: Verde, Foro Mundial del Agua.
- Cabrera, E. (2002) ¿Cómo convivir con la escasez de agua? El caso de las Islas Canarias. Boletín Geológico y Minero, Madrid. Volumen 113 (3): 243-258.
- Costa, C. et. al, (2005) El índice de escasez de agua: ¿un indicador de crisis o una alerta para orientar la gestión del recurso hídrico. Revista de Ingeniería, Universidad de los Andes. Volumen (22): 104-111.
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