La energía eólica está considerada una de las formas más prometedoras de energía renovable. Sin embargo, cada año, las turbinas eólicas o aerogeneradores son responsables de la muerte de cientos de miles de animales en el aire, como los murciélagos, que mueren en las colisiones con las palas de las turbinas. Para encontrar una salida constructiva a este dilema las empresas que construyen y ponen en funcionamiento aerogeneradores podrían tener que trabajar conjuntamente con expertos en medio ambiente y conservacionistas.
Sin embargo, es probable que la falta de confianza entre ellos obstaculice una colaboración efectiva y creativa. En un artículo publicado en la revista Energy Reports, unos científicos del Instituto Leibniz de Investigación Zoológica y de la Vida Silvestre (Leibniz-IZW) muestran que los valores compartidos no son suficientes por sí solos para crear una confianza mutua entre estos grupos, ya que las creencias y las emociones tienen una mayor influencia en la colaboración. Los autores sostienen que una mayor conciencia de las creencias y emociones de los demás en relación con la construcción y el funcionamiento de los aerogeneradores puede beneficiar su labor en este campo y ayudar a encontrar una salida al dilema.
Mitigar el cambio climático produciendo más energía renovable (verde), por ejemplo a través de turbinas eólicas, parece ser algo bueno. También lo es la conservación de la diversidad biológica mediante la protección de los animales que viven en el aire, como las aves y los murciélagos. Sin embargo, cuando los murciélagos y los pájaros mueren por colisiones con las aspas de las turbinas surge un dilema "verde-verde" que debe ser resuelto.
Las partes que participan en la planificación y aprobación de proyectos de aerogeneradores tienen puntos de vista e intereses contrapuestos. Dado que tanto la mitigación del cambio climático como la protección de la diversidad biológica cuentan con firmes defensores con opiniones igualmente firmes, llegar a un compromiso entre la construcción y el funcionamiento de las turbinas eólicas y la protección, por ejemplo, de los murciélagos, está plagado de dificultades. Si los interesados, y a menudo opuestos, colaboran, sus opiniones y conocimientos especializados distintos podrían contribuir a la elaboración de soluciones novedosas al conflicto, ayudando a conciliar ambos objetivos. Un ejemplo sería evitar las zonas sensibles en la construcción de aerogeneradores o ajustar de manera coherente los tiempos de funcionamiento de las turbinas eólicas a los ritmos de actividad de la fauna silvestre en el aire. Un requisito previo crucial para esa cooperación es la confianza mutua.
Un equipo del Leibniz-IZW dirigido por la Dra. Tanja Straka realizó una encuesta en línea autoadministrada para analizar la forma en que los valores, creencias y emociones hacia los aerogeneradores y los murciélagos afectan a la confianza entre las partes interesadas en este conflicto "verde-verde" en Alemania. En total, participaron en la encuesta 537 representantes de seis grupos de interesados: miembros del sector de la energía eólica, consultores ambientales, autoridades encargadas de la conservación, científicos, voluntarios y empleados de ONG ambientales.
El análisis de las respuestas mostró que los miembros de todos los grupos que participan en proyectos de energía eólica comparten el mismo valor fundamental de la utilización sostenible de la naturaleza. Sin embargo, a pesar de estos valores compartidos, tienen poca confianza entre sí, lo que sugiere que los valores comunes no son una base suficientemente buena para la confianza mutua. Los resultados de la investigación también demostraron que una base crucial para la confianza entre los interesados son las creencias y emociones compartidas hacia la conservación de la vida silvestre y la energía verde.
Fuente:
https://noticiasdelaciencia.com/art/38786/el-dilema-de-la-energia-eolica-y-la-proteccion-de-la-biodiversidad
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