miércoles, 15 de julio de 2020

Nuevas formas para almacenar energía

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Hoy en día la mayoría tiene una inclinación por las baterías de hidrógeno, las domésticas y para vehículos eléctricos para el almacenamiento de energía. Consideran que es fundamental para garantizar el suministro, ya que la producción de la energía eólica y la solar es muy variable. También creen que es muy importante seguir con el desarrollo del hidrógeno y de las baterías.

Ante el uso cada vez mayor de energía procedente de fuentes renovables en el mundo, se han propuesto nuevas formas de almacenamiento. De ahí, la apuesta por las baterías de hidrógeno o las domésticas.

Para conseguir los objetivos del Pacto Verde y del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, se debe alcanzar antes de 2050 la neutralidad en las emisiones.

A pesar de que las fuentes de energía renovables son esenciales para conseguirlo, algunas de las más utilizadas no son siempre fiables. Tal es el caso de la energía solar y la eólica, en las que la cantidad de electricidad generada depende: de la hora del día; de la estación del año; o del clima.

La electricidad es el pilar básico de nuestra civilización. Actualmente, de acuerdo a datos de la Agencia Internacional de la Energía, las ciudades ocupan el 3 % de la superficie del planeta y son responsables del 67 % del consumo energético global.Una cifra que destaca la necesidad de instaurar tecnologías innovadoras que eviten pérdidas y generen un uso más eficiente de la misma.

Con estos datos, y teniendo en cuenta que el suministro a partir de fuentes renovables es muy dependiente de las condiciones meteorológicas, se necesita tecnología capaz de recoger la electricidad sobrante para que pueda ser usada en momentos de necesidad. Porque, aunque parezca una obviedad, no hay que olvidar que el sol, aún saliendo todos los días, brilla cuando brilla, y el viento solo sopla cuando sopla..

No obstante, estas plantas aún no se han optimizado de manera plena. Debemos aprovechar mucho más nuestra favorable situación climática y sacar el mayor partido al sol. Porque, al igual que le pasaba a Superman, esta estrella es la que nos proporciona poder. Y lo mismo hay que hacer con su hermana, la energía eólica. La solución a esta paradoja pasa por el almacenamiento de energía. Pero, ¿cómo se logra?

Es necesario dotar al sistema de herramientas que permitan dar servicio a partir del atardecer y hasta la salida del sol al día siguiente. Y por otro, conservar los vertidos cuando el sol apriete y el viento sople fuerte. Las soluciones de almacenamiento son la clave:

- Baterías de Litio: se recargan en cuestión de segundos y son capaces de almacenar varias horas de energía. Su escalabilidad hace que sean adecuadas para los hogares privados, el pequeño comercio, las fábricas y como fuente de alimentación de reserva. Las baterías de litio se utilizan en muchos dispositivos móviles y en los coches eléctricos.

- Nuestro país se enfrenta a un importante déficit de cara a los próximos años. De acuerdo con el PNIEC, el almacenamiento en baterías deberá pasar de prácticamente 0 GW que teníamos en 2010 a 2,5 GW en 2030.

- Hidrógeno: se describe como el combustible del futuro, ya que permite producir electricidad a través de las renovables. Para producir este elemento, se necesita realizar un proceso llamado “electrólisis” que utiliza agua y electricidad como “materias primas”. El hidrógeno generado se puede almacenar en contenedores especiales durante largos periodos de tiempo, y podría utilizarse cuando no sople el viento para obtener electricidad en plantas de generación de gas o para proveer a los coches de combustible.

- Acumulación por bombeo: es la forma de almacenamiento con la mayor capacidad instalada en todo el mundo. Se trata de una tecnología usada por las centrales hidroeléctricas que permite acumular energía durante varias horas.

- Aire comprimido: aprovechando los valles de demanda eléctrica, desviamos la producción sobrante a nuestra central de compresión de aire y lo introducimos en una caverna subterránea especialmente construida para su almacenamiento. Cuando se alcanza su capacidad máxima o la demanda vuelve a crecer, cambiamos el sentido del flujo: extraemos el aire comprimido y lo utilizamos para producir energía eléctrica.

- Almacenamiento térmico: es una técnica de acumulación de energía mediante la cual se aprovecha el calor, subiendo o bajando la temperatura de una sustancia, cambiando la fase de la sustancia o una combinación de ambos mecanismos.

- Supercondensadores: dispositivos capaces de almacenar grandes cantidades de energía eléctrica en forma de cargas electrostáticas y cederla rápidamente en el momento necesario.
- Volantes de inercia: consiste en el empleo de un disco metálico que comienza a girar cuando se le aplica un par motor. Mientras está dando vueltas, se le intenta frenar con un par resistente, conservando así la energía en forma mecánica –cinética.

Fuente:
https://www.ambientum.com/ambientum/energia/nuevas-formas-para-el-almacenamiento-de-energia.asp
https://ciudadesdelfuturo.es/siete-tipos-almacenamiento-energia.php

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