En la temporada de incendios forestales de este año se documentaron menos afectaciones en Jalisco, principalmente en el “pulmón” de la metrópoli: el bosque de La Primavera.
El año pasado el Estado fue líder nacional por zonas siniestradas (con más de 72 mil hectáreas dañadas). En éste bajó a más de la mitad (30 mil 701).
Las autoridades atribuyen los incendios a los que visitan estas áreas, a los intereses inmobiliarios o las quemas agrícolas, principalmente.
Por eso la disminución de las hectáreas quemadas coincide con que, en pleno estiaje, se registró una baja en la movilidad de la población debido a la declaratoria sanitaria que se emitió por el COVID-19.
El confinamiento durante marzo, abril y junio contribuyó en menos incendios y visitas a los bosques.
Y sobre La Primavera, el año anterior hubo 141 incendios. En 2020 fueron 98.
También se redujo la contaminación. La mala calidad del aire en la ciudad se reportó en 36 días durante el primer semestre de 2019, pero fue de sólo 16 días en el mismo lapso de este año.
La baja de las descargas de aguas industriales y de aguas residuales en zonas turísticas es otro factor positivo.
En Jalisco hay mejor calidad del aire, menos descargas de aguas industriales y bajaron los incendios forestales. Son algunos de los beneficios ambientales que deja la pandemia del COVID-19, ante la reducción de la movilidad.
De hecho, la contaminación de las ciudades por las emisiones vehiculares, bajó hasta una cuarta parte, según Valentina Davydova, investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Además, por el poco o nulo uso de los hoteles y las playas, hay menos aguas negras. También porque cientos de empresas cerradas aportaron a la disminución de los niveles de contaminación.
En el caso de los incendios forestales, de acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), el año pasado se documentaron menos siniestros que en el presente (578 y 647, respectivamente); sin embargo, en 2020 hay menos superficie afectada.
Mientras en 2019 fueron 72 mil 096 hectáreas dañadas por incendios, en el presente año bajaron a 30 mil 701 hectáreas.
Por otra parte, de acuerdo con la Secretaría de Gestión Integral del Agua, en términos generales, los puntos de monitoreo de la calidad del agua se han mantenido sin cambios significativos.
Este monitoreo se realiza en el río Zula, en el canal de Llamada, en Ocotlán, en la presa Corona, en la exhacienda de Zapotlanejo, El Salto-Juanacatlán, en Puente Grande, en Matatlán, en paso de Guadalupe, en San Cristóbal de la Barranca, camino Salvador, paso Yesca y en la carretera Chapala. Pero hay una ligera mejoría en la calidad del recurso vital en dos factores: la disminución de las descargas y el inicio del temporal de lluvias.
Y bajó el criterio de la calidad del agua en los Sólidos Suspendidos Totales, que indican la cantidad de residuos sólidos generados.
Gracias al confinamiento durante los meses de marzo, abril, mayo y parte de junio, el aire se percibió más limpio, principalmente por la reducción de los vehículos.
Sin embargo, la investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y especialista en Ciencias Ambientales, Valentina Davydova, advirtió que estos beneficios fueron temporales y que, de hecho, al reactivar todo de forma simultánea, los gases de efecto invernadero que habían disminuido serán más que antes de la pandemia.
La solución para que las concentraciones comiencen a disminuir poco a poco y de manera permanente, explicó, es traspasar las actividades a los gases de efectos no invernadero o el uso de la energía limpia.
Además, aquellos animales que salieron a recuperar el territorio perdido, incluso los que reaparecieron luego de que se creían extintos, tuvieron consecuencias.
Ante la pandemia del nuevo coronavirus hay una baja positiva en los indicadores del medio ambiente, pero hace falta que se les dé continuidad a los programas para evitar que sean temporales los efectos y se reviertan con la actividad económica.
Por ello, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) promovió ante el Congreso del Estado la prohibición de las quemas agropecuarias en el Área Metropolitana de Guadalajara y la regulación del uso del fuego en el interior del Estado.
Lo anterior, a través de la integración de calendarios de quema y la modificación de los reglamentos municipales, que se encuentran en la ley desde abril de 2020.
Otro ejemplo es que los episodios de mala calidad del aire en la ciudad también bajaron de 36 días en 2019 a 16 en este año. Esto se debe principalmente a la reducción de los gases de efecto invernadero emitidos por los vehículos.
Del monóxido de carbono (CO) se observa un descenso de este contaminante en la mayoría de las estaciones de monitoreo del aire, excepto en Atemajac, Las Águilas y Santa Fe, lo cual puede deberse a la intensa actividad vehicular de estos puntos.
Según la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, una de las líneas de acción de la campaña de comunicación de Plan Jalisco COVID-19 es el manejo responsable de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), así como la concientización sobre disminuir la generación y realizar la separación de la basura. Sin embargo, puntualiza que la aplicación de estas medidas y la gestión de los RSU son de competencia municipal.
Acentúo que, de acuerdo con la emergencia sanitaria y los lineamientos del Gobierno federal, Jalisco, a través de la Secretaría de Medio Ambiente, exhortó a los Ayuntamientos, a los prestadores de servicio de recolección y separación de residuos, a los establecimientos y empresas con actividades esenciales, así como a la población en general, a aplicar las recomendaciones indicadas en la "Cartilla para Mejores Prácticas para la Prevención del COVID-19 en el Manejo de Residuos Sólidos Urbanos", emitida por la Semarnat.
Fuente:
https://www.informador.mx/Pandemia-da-tregua-y-mejoran-indicadores-del-medio-ambiente-l202007110002.html
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