Justo en la misma semana en que el reporte “Climatescope 2020”, elaborado y presentado por Bloomberg New Energy Finance (BNEF), coloca a México en el lugar 51 luego de una estrepitosa caída en los últimos dos años desde el puesto número 8 en el ranking de los países más atractivos para la Transición Energética, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que para el periodo 2021-2024 invertirá 12,180 millones de pesos para desarrollar proyectos de generación eléctrica para agregar al sistema 500 megawatts (MW) de capacidad a partir de fuentes renovables.
El dato aparece en el Plan de Negocios de la CFE –anunciado la semana pasada y aún no disponible–, un documento que según la propia empresa eléctrica reconoce la responsabilidad de México de cumplir con los tratados ambientales internacionales y con los objetivos establecidos en la Ley General de Cambio Climático y en la Ley de Transición Energética.
Asimismo, el anuncio de la CFE a cargo de Manuel Bartlett Díaz señala que esta acción va de la mano con el Programa de Ahorro de Energía del Sector Eléctrico (PEASE), especialmente porque plantea la instalación de un número no especificado de “electrolineras” en sitios “estratégicos” para contribuir a la reducción del uso de los combustibles fósiles.
Esta noticia llamó la atención de quienes analizan y estudian el sector energético porque, al fin, la CFE y en general el gobierno federal aparentemente dan un giro a la política pública en materia de energía renovable, luego de dos años de constante acoso hacia la también llamada “energía verde”.
Sin embargo, no hay que olvidar que el discurso oficial, liderado por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, y replicado en reiteradas ocasiones por la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, y Bartlett Díaz, va hacia la descalificación de las empresas privadas que participan en la generación limpia, sus proyectos y la forma “desordenada” en que se les otorgaron los permisos de generación durante la administración federal anterior.
A pesar de que en el discurso la postura del gobierno lopezobradorista pudiera parecer un tanto ambigua o escasamente definida con respecto al tema de las renovables, lo cierto es que en el Programa Sectorial de Energía (PROSENER) 2020-2024 este tipo de generación tiene un lugar relevante, especialmente la hidroeléctrica, sin excluir a las demás tecnologías.
A diferencia del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, en el cual las renovables tienen tan sólo algunas menciones y se refieren más a la electrificación de comunidades aisladas del Sistema Eléctrico Nacional, el PROSENER enfatiza su uso tanto para continuar con la Transición Energética y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, como para el bienestar de la población.
Durante una gira por la Central Geotérmica de Los Azufres, en Michoacán, el presidente López Obrador dijo que para finales de su sexenio 56% de la generación eléctrica del país deberá ser para la CFE, pero acotó que ese monto podría llegar hasta 60% o 70%.
Esto, afirmó en diciembre de 2019, “si ellos no invierten”, refiriéndose a los empresarios.
Pero para que no inviertan, son las propias dependencias de gobierno del sector quienes se han encargado de ello. Un ejemplo es la Comisión Reguladora de Energía (CRE), órgano regulador y con facultades para otorgar, revocar y autorizar modificaciones a los permisos concedidos, que ha implementado obstáculos a nuevos proyectos privados, privilegiando los permisos para la CFE.
Fuente:
https://www.energiaadebate.com/energia-limpia/busca-la-4t-monopolizar-las-renovables/
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