miércoles, 21 de abril de 2021

¿En qué se diferencian mitigación y adaptación?

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Como las actividades humanas han exacerbado el cambio climático natural, el mundo está experimentando una crisis climática muy grave, por lo que en menos de 200 años, la temperatura de la tierra puede ser la misma que la temperatura requerida para terminar la última edad de hielo de 5ºC. ... esto sucedió durante más de 5,000 años.

Este planeta tiene múltiples formas de vida, que son vitales para mantener el equilibrio del ecosistema entre la biota (fauna y flora) y otros biomas. La crisis climática los pone a todos en riesgo, para combatirla se habla de mitigación y adaptación, estas dos acciones se pueden complementar, pero son muy diferentes.

Mitigar el cambio climático significa tomar una serie de medidas a nivel mundial, orientadas a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero que acaban en la atmósfera y agravan el calentamiento global. Esto podría evitar que la Tierra siga calentándose al ritmo actual, pero no influye en el daño que ya se ha ocasionado, es decir que no revierte la problemática, sino que atenúa sus consecuencias.

El concepto de mitigación es sencillo de explicar, pero muy difícil de poner en práctica por varias razones. La más importante es de índole económico: los cambios para dejar de depender de los combustibles fósiles son muy costosos, puesto que se debe investigar e innovar en temas tan importantes como las nuevas fuentes de energía renovables, una movilidad sostenible y cómo cambiar y/o adaptar las infraestructuras actuales.

Además, existen poderosos intereses económicos detrás del negacionismo del cambio climático, que intentan justificar el continuismo de la generación de energía (electricidad, transporte, etc.) de la mano de la quema de combustibles fósiles, aún a sabiendas de su alto poder de contaminación y de que en breve (entre 60 y 200 años) se agotarán, por lo que se les acabará el negocio.

Para poner en práctica la mitigación es imprescindible detener la deforestación, restaurar los ecosistemas y hábitats naturales, cambiar los modelos económicos por otros más sostenibles e imponer una nueva sociedad de consumo más mesurada, empática y resiliente, con cero emisiones netas de carbono.

La adaptación implica un cambio de vida tanto personal como social, que se hace cada vez más necesario, dado que las consecuencias del cambio climático ya están afectándonos y visto lo visto, las perspectivas no son halagüeñas, por lo que se espera que vayan a peor. Por ello, será vital que comencemos cuanto antes a tomar medidas para habituarnos a lo que se viene.

Las soluciones de adaptación son poco predecibles, ya que variarán según el lugar, las circunstancias económicas y sociales, la educación y la capacidad de aclimatación que tengan las sociedades involucradas. Lamentablemente, son las que tienen mayor poder adquisitivo las que están menos dispuestas a hacer concesiones y a sacrificar su estilo de vida y su nivel de confort.

No alcanzará con diversificar los cultivos, invertir en eficiencia energética o imponer un cambio drástico en el tipo de consumo (menos derroche, aplicación de sistemas economía circular y sobriedad en los gastos); si no tomamos conciencia del problema y educamos a las nuevas generaciones para que sepan adaptarse a los cambios, les haremos un flaco favor.

Fuente:
https://www.ecoticias.com/cambio-climatico/209125/Cambio-climatico-diferencian-mitigacion-adaptacion


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