lunes, 2 de agosto de 2021

La Revolución del Cepillo de Bambú

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Una idea o sugerencia, como podéis adivinar por el título, trata de una de las primeras cosas que hice para eliminar el plástico de mi vida: comprarme un cepillo de bambú.

Si os habéis fijado, parece que este producto está de moda; cada vez hay más marcas que lo ofrecen como alternativa al cepillo de plástico, y más y más personas suben a las redes sociales su satisfacción con él. Está claro: la revolución del cepillo de bambú ha llegado.

Hay billones de personas viviendo en el mundo, las cuales utilizan varios cepillos de dientes a lo largo de un año. ¿Cuántos residuos se generan de este hecho? Más de 4 billones. ¡Y eso sin tener en cuenta sus envases o los tubos de la pasta de dientes! Todo esto termina en islas de basura, en el océano y en el estómago de criaturas marinas.

Los pequeños gestos pueden llevar a grandes cambios. Si todos los españoles nos pasáramos a un cepillo de bambú, en vez de comprar uno de plástico, evitaríamos que más de 46 mil residuos acabaran en el mar (y eso si solo usáramos un cepillo por año). ¡Imagínate si todo el mundo pasara a la acción!

Leyendo un poco y mirando a nuestro alrededor, es fácil darse cuenta de que tenemos un grave problema con la contaminación generada por el plástico. Es por eso que es crucial que votemos en contra de este material con nuestro poder como consumidores.

Para colmo, el plástico no solo afecta al medio ambiente y a los animales, sino también a nuestra salud. Resulta que desprende tóxicos y químicos dañinos para nuestro cuerpo, como ftalatos.

Incluso si obviamos los efectos que tiene en nuestra salud, la verdad es que reciclar plástico no es suficiente. Su reciclaje es costoso, contaminante y, muchas veces, ineficaz. La solución está en renunciar a él y optar por alternativas. Viviendo en una sociedad “plastificada”, esto puede parecer algo complicado, pero podemos empezar con pequeñas cosas, como nuestro cepillo de dientes.

Como cualquier otro objeto, la vida de tu cepillo de bambú puede alargarse si lo cuidas bien. Lo principal es que no lo dejes durante mucho tiempo en el agua –aunque es un material que se auto-limpia, no podemos olvidar que sigue siendo madera. Tras utilizarlo, como harías con cualquier otro cepillo, sécalo bien y dejarlo en un lugar seco.

Un cepillo te puede durar entre 4 y 12 meses, aunque realmente depende de la marca. Una vez le haya llegado la hora a tu cepillo, lo mejor que puedes hacer es separar las cerdas (mejor si son de nylon o de ingredientes naturales) y reciclarlas.

Respecto al mango de tu cepillo, ¡las posibilidades son muchísimas! Puedes hacer compostaje con él, usarlo en tus macetas para marcar qué clase de semillas has plantado o para ayudar a algunas plantas a crecer rectas, hacer de él un llavero haciéndole un agujero, dársela a un niño para proyectos de ciencia o para que se haga una barita mágica, atarle una campana o cordel y usarlo como juguete para tu mascota, usarlo como mango para hacer polos caseros, pegar en un extremo dibujos de bigotes y hacer de él un accesorio para fotografías en tu próxima fiesta, guardar tus anillos en él… ¡Tú decides!

El plástico presenta muchos inconvenientes, pero existen soluciones. ¡Y pasarse a un cepillo de bambú puede tener un gran impacto! Está en nuestras manos el iniciar cambios y revoluciones, el decidir con nuestra cartera el futuro de las tendencias, hábitos y demandas.

Fuente:
https://ecoinventos.com/la-revolucion-del-cepillo-de-bambu/


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