Etiopía es uno de los países más volcánicos de la Tierra, gracias al Gran Valle del Rift de África, que atraviesa su corazón.
En Etiopía hay más de 60 volcanes conocidos. Muchos han sufrido colosales erupciones en el pasado, dejando inmensos cráteres que salpican su superficie.
Algunos volcanes siguen activos hoy en día. Si se visitan, se encontrarán lagunas de lodo burbujeante, manantiales de agua caliente y decenas de respiraderos humeantes.
Este vapor ha sido usado por los lugareños para lavarse y bañarse, pero debajo hay una oportunidad mucho mayor. La actividad de la superficie sugiere la existencia de fluidos extremadamente calientes en las profundidades, quizás hasta 300°C-400°C.
Si se perfora, debería ser posible acceder a este vapor de alta temperatura, que podría impulsar grandes turbinas y producir enormes cantidades de energía. Esto es muy importante en un país donde el 77% de la población no tiene acceso a la electricidad, uno de los niveles más bajos de África.
La energía geotérmica se ha convertido en una alternativa renovable gracias a los estudios geofísicos que sugieren que algunos volcanes podrían producir un gigavatio de energía. Eso equivale a varios millones de paneles solares o 500 turbinas eólicas de cada uno. Se calcula que el recurso total sin explotar es de unos 10 GW.
La conversión de esta energía en electricidad se basaría en el proyecto piloto geotérmico iniciado hace unos 20 años en el volcán Aluto.
Actualmente se está mejorando su infraestructura para multiplicar por diez la producción, de 7MW a 70MW.
El principal problema es que, a diferencia de otras partes del mundo, se sabe muy poco sobre los volcanes de Etiopía.
Pero el Aluto se ha estudiado y se han obtenido resultados muy interesantes. Gracias a una técnica de radar por satélite, se ha descubierto que la superficie del volcán se infla y se desinfla. La mejor analogía es la respiración: encontramos “inhalaciones” bruscas que inflan la superficie durante unos meses, seguidas de “exhalaciones” graduales que provocan un lento hundimiento durante muchos años.
El control de la temperatura de los respiraderos del volcán durante años, demostró que la mayoría eran bastante estables. Así que pueden ser buenos candidatos desde el punto de vista geotérmico.
Esta es una de las primeras veces que se vigila un recurso geotérmico desde el espacio, y demuestra lo que se puede conseguir. Los datos por satélite representan una forma barata y sin riesgos de evaluar el potencial geotérmico.
Con volcanes similares repartidos por países como Kenia, Tanzania y Uganda, la técnica podría permitir descubrir y controlar nuevos recursos geotérmicos sin explotar en el Valle del Rift, así como en todo el mundo.
Fuente:
https://ecoinventos.com/como-convertir-un-volcan-en-una-central-electrica/
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