viernes, 5 de noviembre de 2021

A prueba la máquina voladora personal y eléctrica que no creías que existiera

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Imagina que te subes a un avión de uso personal con cero emisiones y que vuelas por encima del tráfico y la congestión para aterrizar cómodamente en la oficina.

Hace tiempo que es ciencia ficción, pero un equipo de investigadores de la WSU está probando los componentes que un día podrían hacer realidad el sueño de una máquina voladora personal y eléctrica.

Swensen y el profesor Konstantin Matveev han recibido una subvención del Joint Center for Aerospace Technology Innovation (JCATI) de Washington para trabajar con ZEVA Aero, una empresa emergente con sede en Tacoma, en el avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical para un solo pasajero.

El equipo de la WSU, que incluye cuatro estudiantes, está diseñando configuraciones aerodinámicas para optimizar el empuje y los controles del vehículo.

El JCATI apoya la investigación de interés para las empresas aeroespaciales y ofrece a los estudiantes oportunidades de investigación centradas en la industria.

Aunque varias generaciones han soñado con máquinas voladoras personales fáciles de usar que pudieran llevar a la gente directamente de un punto a otro, el mayor reto ha sido tener suficiente empuje para hacer despegar a alguien del suelo, dice Matveev. En los últimos años, los avances en los motores, los sistemas de control y los materiales cada vez más ligeros están ayudando a cerrar la brecha.

ZEVA Aero, dirigida por el ex alumno de la WSU Stephen Tibbitts, ha completado un prototipo de trabajo de un vehículo eVTOL que esperan que sea usado inicialmente por los servicios de primera respuesta y de emergencia. Su prototipo está diseñado para volar a 260 km/h por hora durante un máximo de 80 km.

El vehículo actúa inicialmente como un helicóptero flotante cuando despega y luego se inclina horizontalmente para volar de forma más eficientemente como un avión, aprovechando la reducción de la resistencia, dijo Swensen.

Los investigadores de la WSU están ayudando a modelar y probar el sistema de propulsión de la aeronave. Swensen ha construido un banco de pruebas en el que está probando las hélices en condiciones de laboratorio, midiendo su par y eficiencia. Matveev se encarga de la modelización y el cálculo, realizando simulaciones del flujo de aire alrededor de las hélices para optimizar el sistema de propulsión. Los investigadores se reúnen regularmente con el personal de la empresa para informar sobre su trabajo.

Para los que se preguntan cuándo podremos tener nuestras propias máquinas voladoras eléctricas, Swensen tiene la esperanza de ver los vehículos «más pronto que tarde», especialmente con cualquier nuevo desarrollo en baterías más eficientes y ligeras.

Fuente:
https://ecoinventos.com/zeva-aero-n901zx/


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