La innovación industrial ha llevado a un crecimiento general en el mundo. Desde la invención de aparatos rudimentarios, hasta los avances que han logrado mayor eficiencia y ligereza, la evolución de componentes y materiales ha sido fundamental para los dispositivos y sistemas que hoy utilizamos.
Muestra de lo anterior está en la industria automotriz o aeronáutica, que exigen vehículos de menor peso, más rápidos, resistentes y, sobre todo, más seguros. Por ello, la manufactura de automóviles o aviones ha comenzado a implementar el cambio de metales por componentes de plástico, por ejemplo, en los cinturones de seguridad, que pueden ser mucho más efectivos al fabricarse con polímeros de alto desempeño, e incluso reducir la presencia de posibles fallas que pudieran presentarse y que muchas veces están relacionadas con el desgaste de materiales.
Uno de los elementos más sencillos, pero vitales, para garantizar la integridad de quienes suben a un vehículo o un avión es el cinturón de seguridad, ya que una pieza mal colocada o sin el debido mantenimiento puede tener consecuencias negativas para la persona y el vehículo.
Cuenta la historia del cinturón que, en sus primeras implementaciones, allá por los años 40 y 50, no era muy bien visto por las personas, ya que tener un elemento de estos significaba que el automóvil no era muy seguro desde su fabricación. Años después, tras el aumento en la circulación de coches y el consecuente aumento de lesiones, fue que empezó a hacerse más frecuente el uso, hasta convertirse en un elemento indispensable.
Sin embargo, no fue hasta el año 1958 cuando se inventó el cinturón de seguridad de tres puntos como hoy lo conocemos, gracias al ingeniero sueco llamado Nils Bohlin, quien perfeccionó los antiguos modelos y los adaptó a su forma moderna.
No obstante, el pin utilizado para sujetar el retractor del cinturón y tenerlo bien puesto en su lugar se fabricaba con bujes de bronce. Al dar mantenimiento al mecanismo y ponerlo en contacto con el aceite, se hace pegajoso debido a su alta fricción, dejando el riesgo latente de que no funcione de manera óptima. De igual manera, el bronce resulta en un producto más pesado y de mayor costo para los fabricantes.
Con el paso del tiempo, la necesidad de mayor seguridad pasó de los automóviles a los juegos mecánicos, cuyos cinturones tienen un mecanismo similar y son igual de importantes para garantizar su uso seguro, aunque en este caso estamos hablando de esparcimiento y no de traslados.
Fuente:
https://www.saint-gobain.com.mx/uso-de-plastico-de-alto-desempeno-para-hacer-mas-segura-la-diversion-en-parques-de-atracciones
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