miércoles, 19 de julio de 2023

Cada vez más avistamientos de osos en las calles de Nuevo León, México

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Cada vez es más común avistar a estos mamíferos en las ciudades, mientras las autoridades buscan una solución para proteger la vida de este animal en peligro de extinción.


Los osos, pertenecientes a la especie ursus americanus, han sido encontrados atropellados, ingresando en casas, colegios, centros comerciales e incluso con cirugías de castración incorrectas. Algunos osos se encuentran en estado de desnutrición debido a que su sistema digestivo se ve obstruido por los plásticos que comen de la basura. Estos hechos han llevado a que los osos bajen de las montañas y recorran libremente las calles de ciudades como Monterrey y otras grandes ciudades de Nuevo León. Ante estos avistamientos, las autoridades toman decisiones sobre el futuro de los osos considerando su historial de comportamiento violento y la frecuencia con la que descienden a las áreas urbanas. Desde 2008, aproximadamente 244 de estos mamíferos han sido capturados y reubicados por el organismo Parques y Vida Silvestre de Nuevo León (PVSNL).


Ante las denuncias de organizaciones animalistas, las instituciones se basan en un protocolo que se activa cada vez que reciben un reporte sobre un oso en una zona habitada. Edgar Acosta, el director general de PVSNL, junto con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Protección Civil, son los responsables de decidir el destino de estos animales. Acosta explica que deben tener en cuenta tanto la seguridad de las personas como la de los propios osos, ya que son especies salvajes y su comportamiento puede ser impredecible, a pesar de que puedan parecer simpáticos en apariencia.


Los edificios, grandes casas y piscinas, que son lugares fijos e inamovibles, hacen que sean los osos los que sufren el estrés del desplazamiento hacia un nuevo hábitat. Según afirma Acosta, director general de PVSNL, los osos son quienes eligen su destino. Para tomar decisiones sobre el futuro de los osos, las autoridades utilizan una matriz de decisiones llamada Semáforo de Riesgo, que tiene en cuenta la conducta pasada y presente del animal. Por ejemplo, si un oso sigue o acecha a una persona en un entorno urbano, se considera un riesgo medio-alto, lo que llevaría a capturarlo (mediante sedación) y liberarlo en su hábitat natural.


Monterrey es la tercera ciudad más grande de México y, a medida que ha aumentado su población, los habitantes más acomodados se han desplazado hacia las faldas de las montañas que rodean la ciudad, que cuenta con más de cinco millones de habitantes. Con frecuencia, se difunden videos que muestran osos aterrorizando o acercándose a los transeúntes. Por ejemplo, en abril de este año, una familia de Monterrey tuvo que huir apresuradamente cuando un gran oso les persiguió por los pasillos de una cabaña en el poblado de Ciénega de González, ubicado a una hora de la capital de Nuevo León.


En marzo, se divulgaron imágenes de un oso en la colonia Lagos del Vergel, también en Monterrey, mientras se refrescaba del intenso calor histórico que afectaba la región al darse un chapuzón en la piscina de una casa. Posteriormente, el oso salió de la piscina y caminó de manera tranquila, jugando con las ramas de los árboles en el jardín hasta que se aburrió y se adentró nuevamente en el espesor del bosque. En mayo pasado, un joven oso negro fue capturado porque vagaba sin rumbo por las calles de Monterrey, chocando con los coches y claramente desorientado.


A pesar del uso del Semáforo de Riesgo y la toma de decisiones entre distintas instituciones, a veces las autoridades cometen errores que luego son reportados en la prensa nacional. En agosto de 2020, un veterinario especializado de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) recibió a un oso de 96 kilos que ya había sido visto anteriormente alimentándose de la basura y "socializando" con los visitantes en el Parque Chipinque. Las autoridades decidieron liberar al oso en la Sierra de Nido, en Chihuahua, debido a su historial de acercamientos a áreas pobladas. El problema fue que en esa región habita otra especie de oso muy territorial, y para evitar problemas de adaptación al oso negro de Nuevo León, decidieron castrar al animal.


La decisión que se tomó generó un debate en torno a su impacto. Adriana Cela, bióloga de Ciudad de México y miembro de la organización animalista Animal Heroes, expresó su preocupación por el destino del oso, temiendo que enviarlo a un territorio desconocido podría llevarlo a su muerte. Para un oso, adaptarse a un nuevo territorio, luchar por su espacio y encontrar fuentes de alimento puede ser muy estresante e incierto.


Además, no está claro si devolver a los osos a su hábitat natural es la mejor opción, ya que han aprendido a depender de la basura de los contenedores en lugar de buscar alimentos naturales. Los osos jóvenes que se ven en los videos de las calles han aprendido este comportamiento de sus madres.


Un ejemplo de esto ocurrió en 2015, cuando una osa con sus dos oseznos se alimentaba de la basura generada en un centro recreativo en el Parque Chipinque, a las afueras de Monterrey. Aunque los animales fueron capturados y devueltos a su hábitat natural, los expertos señalan que los oseznos han regresado a la ciudad, interactúan con las personas y se alimentan de la basura, lo que representa un riesgo para su salud debido a la falta de nutrientes y los aditivos dañinos que contiene.


Según Acosta, los osos muertos que se encuentran a menudo tienen su sistema digestivo obstruido por bolsas de plástico. La solución que se propone a la población incluye no interactuar con los osos y no darles de comer, además de evitar dejar basura al alcance de los animales, depositándola en contenedores a prueba de osos, que están disponibles en el mercado.


Fuente: https://elpais.com/mexico/2023-07-18/por-que-cada-vez-mas-osos-negros-bajan-de-las-montanas-a-las-calles-de-nuevo-leon.html


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