Ante esta iniciativa, la administración de aduanas del gigante asiático ha decidido mantener el veto a la importación de varios alimentos provenientes de Japón. Además, China ha anunciado que implementará pruebas de radiación a los productos procedentes de otras partes de Japón, no limitándose únicamente a Fukushima.
Esta respuesta de China ha generado tensiones con Japón, y el gobierno nipón está considerando posibles medidas en respuesta a las acciones de China. Cabe mencionar que Corea del Sur también mantiene una prohibición similar a la importación de pescados y mariscos de Fukushima y otras prefecturas japonesas, pero considera que el plan de manejo de los desechos cumple con los estándares internacionales.
Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha afirmado que la descarga de las aguas residuales tendría un "impacto insignificante" en el medioambiente. Además, el regulador nuclear de Japón también ha dado su aprobación al plan. A pesar de esto, la Aduana de China se mantendrá vigilante y seguirá manteniendo el veto a la importación de alimentos procedentes de Japón en respuesta a la iniciativa sobre las aguas residuales de Fukushima.
China ha expresado fuertes críticas al plan de Japón, acusando al país de tratar el océano como su "cloaca privada". Además, China ha advertido al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que no debe respaldar la propuesta japonesa.
El jefe del OIEA, Rafael Grossi, afirmó desde Tokio que está "extremadamente confiado" en la evaluación del organismo sobre el plan de Japón para desechar las aguas residuales de Fukushima en el océano. Grossi agregó que el OIEA no tomó partido y que sus conclusiones se basan en evidencia científica.
Las comunidades pesqueras locales en Japón también han mostrado preocupación por el plan y sus posibles efectos en sus actividades de subsistencia.
En 2011, un tsunami causado por un terremoto devastó tres reactores de la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi, generando uno de los peores desastres nucleares del mundo desde Chernobyl. Más de 150.000 personas fueron evacuadas de una zona de exclusión alrededor de la planta, que aún permanece allí. A medida que el espacio de almacenamiento para el agua contaminada se agota, el gobierno japonés y la empresa operadora de la planta, Tepco, han iniciado planes para liberar el líquido al mar. Sin embargo, estos planes han enfrentado fuertes críticas de los países vecinos, especialmente de China.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/cjejr9rxq2qo
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