Según un informe reciente de las Naciones Unidas (ONU), estas plantas forman parte del grupo de especies relacionadas con el 60% de las extinciones de plantas y animales a nivel global.
Específicamente, las plantas invasoras intensifican los efectos del cambio climático en nuestro planeta.
"Las plantas invasoras a menudo conducen a incendios forestales más frecuentes y devastadores, como los que hemos presenciado recientemente en diversas partes del mundo, lo que a su vez libera más dióxido de carbono en la atmósfera", destaca el informe.
Dentro de estas plantas, una especie sobresale sobre las demás: la pontederia crassipes, conocida comúnmente como el jacinto de agua dulce. Esta planta, originaria de Sudamérica, especialmente de la región amazónica, es la especie exótica invasora terrestre más extendida en la actualidad.
La profesora Helen Roy, especialista en plantas invasivas y miembro del Centro Británico para la Ecología y la Hidrología, quien encabezó el informe presentado ante la ONU, explica que esta planta en particular ha tenido un impacto significativo en diversas regiones, como el lago Victoria en África, debido al aumento en la conversión de suelo para la producción agroindustrial y el consiguiente aumento en la presencia de plantas exóticas que terminan convirtiéndose en invasoras.
"El lago, que representa una de las principales fuentes de alimento para millones de personas, está enfrentando una disminución en la población de peces, especialmente la tilapia, debido a que el jacinto de agua dulce está absorbiendo nutrientes esenciales para los animales que habitan en él", explica la situación.
Esta planta, que también es conocida por la belleza de sus flores, ha logrado expandirse a numerosos lugares donde ha causado diversos y graves problemas.
El jacinto de agua dulce es originario de la región amazónica y la orinoquía, donde encuentra su ambiente natural en los grandes cuerpos de agua presentes en esta área. Se trata de una planta flotante con una notable capacidad para reproducirse y crecer rápidamente. Otra de sus características es que las raíces y las hojas tienen la capacidad de absorber sustancias tóxicas del agua y purificar su contenido.
En el siglo XIX, exploradores que recorrieron el río Orinoco vieron en el jacinto de agua dulce una planta ornamental ideal para fuentes artificiales en sus países de origen. Esto se debió a su atractiva flor de color violeta y a su naturaleza flotante. De esta manera, la especie se introdujo en países como Estados Unidos y Japón, entre otros.
El profesor Anibal Pauchard, experto en temas forestales de la Universidad de Concepción en Chile, señala que una ventaja para la invasión del jacinto es que los cuerpos de agua dulce en todo el mundo, especialmente en las zonas tropicales, son muy similares. Además, los expertos descubrieron la capacidad de estas plantas para filtrar elementos tóxicos del agua e incluso actuar como fertilizante, lo que aumentó la demanda de la planta en todo el mundo.
Sin embargo, no se tuvo en cuenta la gran capacidad invasiva de esta planta. El caso del lago Victoria, ubicado en la frontera de Uganda, Tanzania y Kenia, es solo un ejemplo de lo que ha sucedido en muchos países donde esta planta invasora ha dejado su huella.
Los efectos negativos de la planta se manifiestan de diversas maneras. Su densa vegetación y su capacidad para cubrir cuerpos de agua impiden la supervivencia de otras plantas nativas, lo que perturba el equilibrio del ecosistema que invade. También afecta la navegación en estos cuerpos de agua.
Además, su habilidad para absorber y procesar sustancias tóxicas y metales pesados significa que libera grandes cantidades de dióxido de carbono y gas metano una vez que se descompone, contribuyendo así al cambio climático.
Eliminar el jacinto de agua dulce es un desafío costoso y, en muchas ocasiones, los recursos necesarios resultan insuficientes, señalan tanto Roy como Pauchard.
"Otro problema que presenta el jacinto es que sus semillas pueden permanecer viables durante años sin germinar. Por lo tanto, incluso si se logra eliminar todos los jacintos de un lago, existe la posibilidad de que vuelvan a crecer con rapidez y densidad en el futuro", señaló Helen Roy.
¿Cuáles son las soluciones ante esta problemática?
La expansión de las plantas invasivas es considerada una cuestión crítica por parte de científicos y ambientalistas. "Es una situación que afecta a la sociedad en todos sus niveles, sin importar su origen o estatus, ya que estas plantas invasivas amenazan los ecosistemas y las cadenas de suministro que parten del campo", explica Roy.
La principal solución radica en la prevención en la gestión de plantas que se exportan o importan. "Es importante tener en cuenta que muchas de estas plantas que ahora son invasoras fueron introducidas con la intención de proporcionar algún beneficio a las personas. El problema radica en que no se consideraron los posibles efectos negativos que podrían tener", destaca Roy.
Por lo tanto, tanto Roy como Pauchard enfatizan que la prevención y el control de la flora y fauna en las fronteras son medidas efectivas para evitar la llegada de especies invasivas. "No todas las plantas que son trasladadas de un hábitat a otro por seres humanos se convierten en invasoras, pero es fundamental comprender cuáles pueden tener un impacto perjudicial en el nuevo entorno natural", agrega la académica.
Según el informe de las Naciones Unidas, los programas de erradicación de especies invasoras han tenido éxito, especialmente cuando estas pueden ser aisladas y su potencial daño se detecta a tiempo. En el caso específico del jacinto de agua dulce, se están implementando diversas intervenciones que han logrado controlar su propagación. "En el caso del jacinto, se utiliza un elemento biológico, un insecto similar a un escarabajo llamado Neochetina bruchi, que se encarga de controlar el crecimiento de estas especies invasoras", concluyó Roy.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/c514qe6j2q5o
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