Las imágenes apocalípticas que muestran la devastación causada por los incendios forestales, desde viviendas reducidas a cenizas hasta ciudades envueltas en humo mortífero, se están convirtiendo rápidamente en una representación visual del desastre climático que se está desencadenando en todo el mundo.
En Hawái, el número de víctimas mortales sigue aumentando después de que el incendio forestal más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo arrasara Maui en agosto. En Canadá, los incendios extremos que asolan el país son más extensos que en cualquier otro momento registrado.
Las investigaciones han demostrado que la probabilidad de que se produzcan incendios y su intensidad ya han aumentado debido al incremento de la temperatura global causado por la actividad humana. Sin embargo, todavía existen muchas incógnitas sobre estos poderosos fenómenos. Por ejemplo, la capacidad de los incendios forestales para alterar los sistemas climáticos mucho después de que sus llamas se hayan extinguido.
En un ciclo vicioso, el CO2 adicional contribuye al mismo calentamiento a largo plazo del planeta que hace que los incendios sean más probables. Se estima que solo en 2020, los incendios forestales de California habrán anulado los efectos de 16 años de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el estado.
Los investigadores sugieren que los bosques pueden regenerarse, pero no lo suficientemente rápido como para ayudar a mantener el calentamiento global por debajo del límite de 1,5 °C.
Sin embargo, no todos los efectos de los incendios forestales en el clima son duraderos, ni todos contribuyen al calentamiento. El humo puede bloquear la luz solar y reflejarla hacia el espacio, lo que provoca un enfriamiento localizado en la atmósfera baja. Este efecto de enfriamiento suele ser temporal y cesa cuando la lluvia arrastra las partículas de humo de vuelta a la Tierra. Sin embargo, a medida que los incendios forestales se vuelven más extensos, estos impactos temporales están ganando en alcance y duración.
La temporada de incendios entre 2019 y 2020 en Australia, por ejemplo, produjo un enfriamiento generalizado inducido por el humo que puede haber influido en la inusual prolongación del fenómeno de La Niña, según sugiere la investigación.
Por lo tanto, entender cómo interactúan los diversos efectos de los incendios forestales es crucial para comprender su impacto global en el clima y, en consecuencia, para orientar los esfuerzos de la humanidad para limitar el peligroso cambio climático. Calcular el efecto neto de los incendios forestales en la temperatura implica tener en cuenta su influencia en varias escalas temporales y niveles de la atmósfera, desde la superficie hacia arriba. Una línea de investigación se ha enfocado en las reacciones estratosféricas que ocurren entre 6 y 50 km de altura. Por debajo de este nivel, la troposfera inferior se está calentando debido al aumento de los niveles de CO2, pero al mismo tiempo, la estratosfera se está enfriando, donde el aire más delgado permite que el dióxido de carbono libere su energía hacia el espacio.
Las nubes pyrocumulonimbus y su influencia en el calentamiento de la estratosfera.
Hasta hace poco, se creía que solo los volcanes o las explosiones nucleares tenían la capacidad suficiente para perturbar este proceso de enfriamiento, al enviar el humo hacia la estratosfera. No obstante, cuando los incendios forestales de gran magnitud se encuentran con condiciones meteorológicas propicias, pueden dar lugar a vastas tormentas contaminadas que oscurecen el cielo, generan vientos impredecibles y tornados, y emiten columnas de humo entre 8 y 14 kilómetros por encima de la superficie. Estas nubes, conocidas como pyrocumulonimbus, liberan aerosoles que pueden viajar miles de kilómetros por todo el planeta.
Matthias Stocker, del Centro Wegener para el Cambio Climático y Global de la Universidad de Graz (Austria), explica que una vez que el carbono negro contenido en estos aerosoles producidos por los incendios forestales llega al aire, absorbe calor, lo que provoca que se eleven y calienten la estratosfera circundante. Su investigación sobre el impacto estratosférico de los grandes incendios forestales ha demostrado que el humo generado por los pyrocumulonimbus en Australia durante 2019 y 2020 causó un significativo calentamiento de la estratosfera (hasta 10°C/18°F) durante la fase inicial de desarrollo de los penachos. Durante los meses posteriores, la estratosfera se mantuvo en promedio 3.5°C (6.3°F) más cálida antes de que los aerosoles finalmente se desplomaran.
David A. Peterson, meteorólogo del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos en Washington DC, señala que este año ha sido particularmente activo en cuanto a la formación de pyrocumulonimbus en Canadá, con al menos 133 eventos registrados desde principios de mayo y 153 en todo el mundo, más del doble del máximo estacional previo en el país.
Sin embargo, ninguno de los numerosos eventos de pyrocumulonimbus observados en 2023 iguala el impacto estratosférico de los eventos registrados en Australia en 2019 y 2020, o en Canadá en 2017, los cuales produjeron penachos de humo estratosférico que rivalizaron o superaron el impacto de la mayoría de las erupciones volcánicas de la última década, persistiendo a gran altura durante meses.
Los modelos indican claramente que las condiciones propicias para los incendios forestales (y la formación de pyrocumulonimbus) están en aumento, lo que plantea la posibilidad de que los efectos de estos aerosoles sean lo suficientemente significativos como para tener un impacto en la dinámica de la estratosfera, con consecuencias potenciales.
Un aspecto de preocupación particular es la posible ralentización en la recuperación de la capa de ozono, la cual bloquea la radiación ultravioleta perjudicial. Investigaciones previas han señalado algunos efectos negativos en este sentido. No obstante, aún no se comprende completamente cómo el calentamiento estratosférico podría afectar al clima, ya que la mayor parte de los cambios climáticos ocurren en la troposfera. Los cambios en el calor de la estratosfera pueden alterar la circulación de los vientos, pero el impacto en el clima de superficie depende de la distribución específica del calentamiento estratosférico, lo que hace difícil generalizar.
En resumen, los incendios forestales pueden tener un impacto importante en la estratosfera, lo que representa un área de estudio en evolución. Stocker destaca que es un "enorme experimento" y que ya se han observado efectos adversos significativos en la estratosfera debido a estos fenómenos.
Los efectos en la superficie
Los incendios forestales también pueden tener un impacto en el clima a nivel de la superficie. Un mecanismo clave implica cambios en el albedo de los paisajes, es decir, su capacidad para reflejar la luz solar. Después de un incendio, las áreas carbonizadas tienden a reducir su albedo, lo que significa que absorben más calor y contribuyen al calentamiento de la superficie. Por otro lado, cuando se quema el dosel forestal, se expone a superficies más reflectantes, como la hierba o la nieve, lo que tiene un efecto de enfriamiento.
Otro proceso relevante es la evaporación del agua. Las plantas liberan agua a través de sus hojas en un proceso llamado transpiración, y el agua también se evapora directamente desde el suelo y la cubierta de los árboles. Esto conduce al enfriamiento del aire circundante. Sin embargo, cuando los incendios forestales eliminan estas actividades, se produce un aumento del calentamiento.
Un estudio realizado en 2019 que analizó la interacción de estos factores reveló que la temperatura media de la superficie puede aumentar durante al menos cinco años después de que se apaguen las llamas. La principal causa de este calentamiento resultó ser la disminución de la transpiración, según Zhihua Liu, investigador de ecología en la Universidad de Montana y autor principal del estudio.
Liu agrega que si los incendios forestales se vuelven más frecuentes y severos en el futuro, este calentamiento de la superficie terrestre podría contribuir al calentamiento climático en general. Sin embargo, las relaciones entre el calentamiento climático, los cambios en la vegetación y los incendios son sumamente complejas y aún no se comprenden por completo.
Dado que los incendios forestales afectan al sistema climático de diversas maneras, comprender las múltiples interacciones y escalas temporales es esencial para comprender su impacto global a largo plazo. Esto es fundamental para determinar la velocidad a la que debemos reducir las emisiones humanas de CO2.
Se ha mencionado la geoingeniería solar como una posible solución para contrarrestar algunos de los peores efectos del cambio climático al simular los efectos de enfriamiento del humo de los volcanes y los incendios forestales mediante la inyección artificial de aerosoles en la estratosfera. Sin embargo, el investigador Stocker advierte que implementar esta técnica antes de comprender completamente los múltiples efectos de los incendios forestales sería imprudente y arriesgado. Por lo tanto, es esencial continuar estudiando los incendios forestales para comprender mejor sus consecuencias y tomar decisiones informadas sobre cómo abordar el cambio climático.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/crgx5qkrkzjo
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