En las últimas 24 horas, en el sur de México, se ha desarrollado un escenario sorprendente y alarmante según la descripción del Centro Nacional de Huracanes. La tormenta tropical Otis ha experimentado una intensificación inesperada y asombrosa, transformándose en un huracán de categoría 5 justo antes de impactar directamente en la concurrida ciudad turística de Acapulco.
El huracán Otis es el huracán más potente registrado y el primero de categoría 5 en tocar tierra en la costa del Pacífico de México, con velocidades de viento de 265 km por hora. En realidad, este es el huracán más poderoso y el primero de categoría 5 en afectar cualquier ubicación en la cuenca del Pacífico Oriental.
Estos saltos exponenciales en el crecimiento son cada vez más frecuentes en algunas áreas, y existe un consenso entre los científicos de que el calentamiento global resultará en un aumento de la frecuencia e intensidad de los huracanes.
Los huracanes, también conocidos como ciclones tropicales o tifones en regiones fuera de Norteamérica, están experimentando un aumento en su intensidad debido al calentamiento del océano, el cual, según investigaciones, ha absorbido aproximadamente el 90% del exceso de calor generado por las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana. Un estudio reciente revela que el planeta está acumulando alrededor del doble de calor en comparación con lo registrado hace casi 15 años.
A medida que la temperatura global se eleva, las tormentas se vuelven más poderosas. El informe reciente de las Naciones Unidas sobre el estado de la ciencia del cambio climático concluye que el porcentaje global de ciclones que alcanzan la categoría 3 a 5, las tormentas más fuertes, ha aumentado en las últimas cuatro décadas debido al rápido calentamiento de las temperaturas oceánicas. Los científicos señalan que por cada grado adicional de calentamiento, no solo se prevé que la proporción de ciclones intensos aumente, sino que también se anticipa que los episodios de lluvias extremas se intensificarán en aproximadamente un 7%.
Según Katharine Hayhoe, científica en jefe de Nature Conservancy y profesora de la Texas Tech University "sabemos que, en términos generales, los huracanes se están intensificando a mayor velocidad”.
Estos fenómenos climáticos son ahora más extensos y más potentes de lo que serían en un escenario sin calentamiento global, con una mayor cantidad de lluvias y el aumento del nivel del mar agravando el riesgo de marejadas ciclónicas.
La intensificación rápida de Otis se sitúa entre las más extremas registradas, con velocidades máximas de viento aumentando en 185 km por hora en tan solo 24 horas, pasando de ser una tormenta tropical a una categoría 5.Otis incrementó sus velocidades máximas de viento en 144 km por hora en un lapso de 12 horas.
Para que ocurra una intensificación rápida, se requiere que las aguas cálidas del océano se extiendan a gran profundidad, a cientos de metros por debajo de la superficie, proporcionando la energía necesaria para fortalecer el huracán. Esto lleva a la creencia de que los océanos más cálidos hacen que las tormentas se intensifiquen más rápidamente, ya que un aumento en el límite de velocidad permite que las tormentas ganen fuerza más velozmente.
Además de volverse más fuertes, las tormentas también están generando más precipitaciones. Cada grado de calentamiento permite que la atmósfera retenga un 7% más de vapor de agua, lo que aumenta la cantidad de lluvia que puede caer.
Los huracanes son más húmedos y se mueven más lento
Se ha observado que las tormentas se mueven más lentamente, especialmente después de tocar tierra. Las tormentas más grandes y más lentas tienen la capacidad de abarcar áreas más extensas y liberar más lluvia durante un período prolongado. Aunque la investigación está en curso, un estudio de 2020 publicado en la revista Nature indica que las tormentas conservan su fuerza durante más tiempo después de tocar tierra en comparación con hace cinco décadas. Esto se debe a que las temperaturas más cálidas en la superficie del mar provocan una "descomposición más lenta", lo que se traduce en una mayor cantidad de humedad que las tormentas pueden transportar.
La marejada ciclónica está creciendo
La marea ciclónica, que es la inundación causada por la acción de los vientos huracanados que empujan el agua del océano hacia tierra, está empeorando debido al aumento del nivel del mar. Esto significa que la marea ciclónica puede inundar una zona más grande en comparación con un huracán de la misma intensidad hace unas décadas.
Este fenómeno provoca bloqueos en los ríos y arroyos que desembocan en el océano, lo que resulta en un aumento de los niveles de agua río arriba. En el caso del huracán Ida, tanto la marea ciclónica como los vientos fuertes lograron revertir el flujo del río Mississippi cerca de Nueva Orleans, un evento catalogado como "extremadamente poco común" por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Los humedales costeros de Louisiana, que históricamente han actuado como barreras naturales contra la marea ciclónica, están desapareciendo debido al aumento del nivel del mar y la persistente actividad de huracanes severos.
A medida que el océano se calienta debido a las emisiones de combustibles fósiles, la Costa del Golfo es propensa a experimentar más huracanes tan severos como Ida o como Otis. Hayhoe advirtió que la única opción viable para la humanidad es reducir de manera urgente las emisiones de gases de efecto invernadero o enfrentar las consecuencias más catastróficas de la crisis climática.
La idea es que el cambio climático no se limita únicamente a cuestiones ambientales o costeras, sino que abarca todos los aspectos de nuestra existencia y es esencialmente un desafío humano.
Fuentes:
https://cnnespanol.cnn.com/2023/10/25/ultima-hora-huracan-otis-mexico-recorrido-trayectoria-noticias-orix/#:~:text=Otis%20aumentó%20sus%20velocidades%20máximas,horas%20previas%20a%20tocar%20tierra.
https://cnnespanol.cnn.com/2021/08/31/cambio-climatico-crisis-huracanes-ida-mas-fuertes-lentos-humedos-trax/
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