La ola de calor, que ha ido aumentando gradualmente en los últimos días, ha llevado a una afluencia masiva de personas a las playas en busca de alivio en Río de Janeiro. La elevada humedad agrava la situación, y las temperaturas reales, registradas en termómetros callejeros, superan la sensación térmica, como se evidenció el lunes cuando la alcaldía registró una máxima de 42,5 grados, pero la sensación térmica real fue de 50,5 grados. En São Paulo, se alcanzaron los 37,4 grados, siendo el día más caluroso para un mes de noviembre en los últimos 19 años.
Además de los sudores y sofocos, la ola de calor ha desencadenado una búsqueda frenética de aires acondicionados, resultando en una explosión en la demanda de energía. Según el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS), el lunes por la tarde se registró el mayor consumo de energía en la historia de Brasil, alcanzando los 100.955 megavatios, superando por primera vez la barrera de los 100,000. Aunque las presas hidroeléctricas, la principal fuente de energía en Brasil, están bastante llenas, no se descarta la posibilidad de apagones. Este martes, hubo interrupciones de energía en la Asamblea Legislativa de São Paulo, mientras los diputados pedían explicaciones a la empresa eléctrica Enel sobre el histórico apagón que vivió la ciudad la semana anterior, durante un fuerte temporal que derribó árboles y postes de luz, dejando a cientos de miles de personas sin electricidad durante días, y resultando en ocho personas fallecidas.
Las olas de calor en Brasil se han vuelto cada vez más frecuentes, según un estudio reciente del Ministerio de Ciencia y Tecnología. El número de días al año con temperaturas récord se ha multiplicado rápidamente en las últimas dos décadas. Mientras que entre 1961 y 1990 era excepcional tener como máximo siete días al año con temperaturas extremas, entre 2011 y 2020 se llegó a una media de 56 días de calor extremo.
La situación se agrava por la sequía histórica en la Amazonía, que ha secado ríos y ha sumido a la ciudad de Manaos en el humo de incendios forestales. Además, El Pantanal, el mayor humedal de Brasil y principal refugio de jaguares, ha experimentado casi 2,400 focos de incendio en noviembre, cinco veces más que el promedio.
La preocupación no se limita al calor, ya que se pronostican lluvias torrenciales récord en los próximos días, especialmente en el sur de Brasil, con cantidades de lluvia que podrían provocar inundaciones, deslizamientos de tierra y posiblemente, pérdida de vidas. En septiembre, un ciclón en el estado de Rio Grande do Sul causó 50 fallecidos y ocho desaparecidos.
Fuente: https://elpais.com/america/2023-11-14/una-ola-de-calor-inedita-coloca-a-un-cuarto-de-las-ciudades-de-brasil-en-alerta-extrema.html
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