Los niveles de dióxido de carbono (CO2) han retrocedido a un punto que coincide con el comienzo de la formación de hielo en la Antártida, revelando un panorama alarmante para el planeta. Si proyectamos el estado de la Tierra a finales de este siglo, nos encontramos retrocediendo aproximadamente 14 millones de años en el tiempo, a una época donde los homínidos aún no existían pero donde la concentración de CO2 era tan elevada como la actual. Sin embargo, en aquel entonces, la presencia de hielo en la Antártida era mínima o inexistente.
Para alcanzar esta conclusión, un grupo de 90 investigadores de 16 países ha realizado un estudio exhaustivo durante siete años, analizando burbujas de aire atrapadas en el hielo, sedimentos oceánicos antiguos y fósiles de hojas, retrocediendo hasta el periodo Cenozoico, hace aproximadamente 66 millones de años, justo después de la extinción de los dinosaurios.
Los resultados alarmantes destacan que la actividad humana ha alterado drásticamente la atmósfera en un corto periodo, generando cambios significativos en los sistemas climáticos a nivel mundial. Este impacto se manifiesta en tormentas intensas, sequías prolongadas, olas de calor mortales y la acidificación de los océanos.
Según los expertos, cada vez que se duplica el CO2 atmosférico, las temperaturas aumentan entre 3.6 y 6 grados. A inicios de la Revolución Industrial, el CO2 atmosférico era de alrededor de 280 partes por millón (ppm). En la actualidad, estamos en 419 ppm y se prevé que, para finales de este siglo, lleguemos a las 600 ppm o más.
Los niveles actuales de CO2, aunque han sido más altos en épocas anteriores de la Tierra, como hace unos 600 a 700 ppm hace 66 millones de años, representan un pico peligroso e inusual en la historia geológica reciente.
Además, este aumento de temperatura puede desencadenar procesos más allá del efecto invernadero inmediato del CO2, como la disminución de las capas de hielo polares, cambios en la vegetación, nubes y aerosoles atmosféricos, generando efectos en cascada que podrían perdurar por miles de años.
El estudio también revela que hace unos 50 millones de años, el planeta experimentó su período más cálido, con concentraciones de CO2 de hasta 1,600 ppm y temperaturas 12 grados más altas que las actuales.
Estos cambios en los niveles de CO2 han influido en la formación y evolución de ecosistemas, como el desarrollo de la capa de hielo en la Antártida hace aproximadamente 34 millones de años y las variaciones en plantas y animales. Esto subraya que las fluctuaciones en el CO2 afectan tanto al clima como a los ecosistemas.
La historia del CO2 y el clima durante el Eón fanerozoico, desde hace 540 millones de años hasta la actualidad, será el siguiente paso para comprender la evolución de la Tierra en su conjunto.
Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/12/07/65720882e4d4d8f3298b45d6.html
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