ENCLAVE ODS examina las claves del deshielo en una cordillera que, en agosto pasado, atravesó Chile experimentando las temperaturas más altas en 72 años. El 13 de octubre de 1972 marcó un hito en la historia cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en los Andes, inspirando obras literarias y cinematográficas como la reciente "La sociedad de la nieve" de Juan Antonio Bayona. Durante 72 días, los 33 sobrevivientes de esta tragedia enfrentaron condiciones climáticas adversas, bajas temperaturas y escasez de alimentos, con solo 16 personas sobreviviendo después de estos meses.
Ahora se reconoce que el fenómeno meteorológico El Niño jugó un papel crucial en evitar que la tragedia fuera aún peor en 1972-1973, generando más nieve en los Andes durante esa primavera trágica. Eso fue lo que provocó que hubiese mucha más nieve de lo habitual en los Andes aquella primavera trágica y que, por ende, el fuselaje no impactase directamente contra el suelo o las rocas, lo que hubiese provocado una explosión. La nieve y las bajas temperaturas también ayudaron a que los cadáveres de los fallecidos permaneciesen en buen estado y, por tanto, los supervivientes pudiesen alimentarse de ellos.
Pero ¿ocurriría lo mismo si el accidente se produjese hoy? El paisaje andino ha cambiado significativamente en las últimas cinco décadas, con un aumento en el deshielo del hemisferio sur. En agosto pasado, en pleno invierno chileno, las temperaturas alcanzaron los 37 °C, en comparación con la temperatura normal de alrededor de 18 °C. Según el Observatorio de la Tierra de la NASA, la cobertura de nieve en la región andina ha disminuido en un 12% durante las últimas tres décadas, especialmente durante la temporada seca.
La ola de calor experimentada el año pasado en la región está relacionada con el continuo deshielo observado por la NASA. Esta situación tendrá consecuencias en los primeros meses de 2024, cuando llegue el verano a Chile. Expertos, como Raúl Cordero, científico climático, atribuyen las temperaturas atípicas en los Andes a la combinación de calentamiento global, El Niño y vientos cálidos, lo cual afecta a la población que depende del agua de deshielo para enfrentar las altas temperaturas veraniegas.
El deshielo afecta directamente a la población, según Paul Mayewski, director del Instituto del Clima de la Universidad de Maine. El retroceso de los glaciares andinos compromete la generación de energía hidroeléctrica y la disponibilidad de agua para diversos usos. Además, los pastizales están desapareciendo debido a la escasez de agua. La montaña boliviana Chacaltaya, que perdió su glaciar en 2009, es un ejemplo de cómo el cambio climático transforma radicalmente el paisaje de los Andes, y según un estudio de MapBiomas, los glaciares andinos se redujeron en un 42% entre 1990 y 2020, pasando de 2,429 km² a 1,409 km².
En síntesis, en caso de ocurrir un accidente trágico similar en la actualidad, la ausencia de nieve aumentaría la probabilidad de que se genere una explosión al impactar con la superficie, lo que reduciría significativamente las posibilidades de supervivencia.
Fuente: https://www.elespanol.com/enclave-ods/historias/20240111/sociedad-nieve-avion-estrellase-hoy-cambio-radical-andes-ultimas-decadas/823917729_0.amp.html
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