La Universidad Internacional de Florida (FIU), ubicada en Estados Unidos, ha estado investigando la posibilidad de enfrentar huracanes de una magnitud nunca antes vista. Durante los últimos nueve años, al menos cinco tormentas habrían superado la categoría 5, y los ingenieros están considerando cómo abordar este desafío.
La FIU utiliza su "Muro del Viento", un laboratorio de ingeniería equipado con enormes ventiladores que simulan la fuerza de un huracán. Estas pruebas les han permitido diseñar estructuras capaces de resistir vientos de más de 250 kilómetros por hora, los cuales acompañan a las tormentas de categoría 5.
Sin embargo, con el cambio climático exacerbando las tormentas, nuevos datos sugieren la posibilidad de tormentas de categoría 6, con vientos que superan los 308 kilómetros por hora. Ante esta perspectiva, la FIU está planeando construir un nuevo laboratorio de huracanes para investigar estos fenómenos de antemano.
El director del Instituto de Eventos Extremos de la FIU, Richard Olson, destaca la importancia de prepararse para estos escenarios extremos. Citando ejemplos como los huracanes Patricia y Dorian, que alcanzaron velocidades récord, enfatiza la necesidad de acción preventiva.
Con una subvención de 12 millones de euros de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF), la FIU está diseñando un laboratorio capaz de simular vientos de hasta 321 kilómetros por hora. Esta instalación permitirá pruebas más precisas y ayudará a entender cómo mejorar la resistencia de las estructuras.
La ciencia detrás de cómo el cambio climático afectará a los huracanes es cada vez más clara. Un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala que las tormentas serán más lentas, más lluviosas y más propensas a intensificarse rápidamente.
A pesar de estas advertencias, algunos científicos no están de acuerdo con la idea de una categoría 6 en la escala Saffir-Simpson. Argumentan que centrarse demasiado en la velocidad del viento podría pasar por alto otros peligros como las mareas de tempestad y las inundaciones.
El laboratorio de la FIU, conocido como Wall of Wind, ha sido fundamental en el estudio de la protección de las estructuras. Desde su construcción en 2012, los ingenieros han aprendido cómo adaptar las casas para resistir mejor los embates de los huracanes, mediante pequeños ajustes como el tipo de clavos utilizados o el diseño del tejado.
Con la construcción del nuevo laboratorio, la FIU espera no solo avanzar en la investigación científica, sino también influir en las normas de construcción para hacer las casas más seguras ante la creciente amenaza de tormentas más fuertes.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2022/06/nuevo-laboratorio-simulador-huracanes-320-kilometros-horaflorida
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