Las persistentes lluvias, las inundaciones catastróficas y los desbordamientos de ríos han desencadenado una crisis humanitaria en Perú, Ecuador y Bolivia, dejando un saldo devastador de más de 50 fallecidos y miles de personas damnificadas. Este desastre natural ha sido exacerbado por la presencia del fenómeno de El Niño en el Pacífico central desde mediados de 2023, desencadenando una serie de eventos climáticos extremos que han golpeado duramente a estas naciones sudamericanas.
En Bolivia, los informes del viceministerio de Defensa Civil revelan una cifra alarmante de 43 personas fallecidas y más de 35,000 familias afectadas desde noviembre de 2023 debido a las intensas lluvias que azotan los nueve departamentos del país. Ecuador también enfrenta una situación crítica, con seis víctimas mortales y más de 115,000 personas afectadas, según datos de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR). Mientras tanto, en Perú, al menos seis personas han perdido la vida y 20 regiones han sido declaradas en estado de emergencia por el Instituto Nacional de Defensa Civil.
El fenómeno de El Niño, conocido por su capacidad para alterar los patrones climáticos normales, ha desatado un aumento en las precipitaciones por encima de lo habitual, intensificando los efectos de las lluvias en las áreas propensas a inundaciones y deslizamientos de tierra. Aunque El Niño está en fase de declinación, expertos como el oceanógrafo Juan José Nieto advierten que aún podría generar lluvias por encima de los niveles normales durante todo el mes de marzo, con posibles repercusiones a largo plazo en la salud pública, la agricultura y la infraestructura.
La situación en Bolivia es especialmente preocupante, con la ciudad de Cobija en el departamento de Pando sufriendo graves inundaciones debido al desbordamiento del río Acre. A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales para evacuar a la población y declarar el estado de desastre municipal, miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, enfrentándose a condiciones de vida extremadamente difíciles.
En Ecuador, las ciudades costeras como Guayaquil han sido duramente golpeadas por las inundaciones repentinas, mientras que la amenaza del dengue se cierne sobre las comunidades afectadas por las aguas estancadas, lo que podría provocar un aumento en los casos de esta enfermedad transmitida por mosquitos.
En Perú, las lluvias torrenciales han causado estragos en todo el país, con deslizamientos de tierra, inundaciones repentinas y la destrucción de infraestructuras vitales. A medida que el agua continúa acumulándose y los ríos siguen desbordándose, las autoridades se esfuerzan por contener la situación y brindar asistencia a las comunidades más afectadas.
A pesar de los esfuerzos de preparación y respuesta, la magnitud de la crisis ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de estas regiones frente a los fenómenos climáticos extremos. Con El Niño persistiendo en el panorama climático, se espera que las lluvias continúen causando estragos en las próximas semanas, lo que subraya la urgente necesidad de medidas de mitigación y adaptación para proteger a las comunidades vulnerables y reducir el impacto de futuros eventos climáticos extremos.
Fuente: https://es.mongabay.com/2024/03/fallecidos-damnificados-peru-ecuador-bolivia-lluvias-inundaciones/
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