El derrumbe del puente Francis Scott Key en Baltimore es un ejemplo reciente del desafío que enfrenta la infraestructura estadounidense debido a la falta de fondos y compromiso para mantener los puentes envejecidos, según expertos en la materia.
El puente de Baltimore es considerado una estructura antigua y confiable que, bajo circunstancias normales, debería durar otras dos o tres décadas, según Joseph L. Schofer, profesor emérito de Ingeniería Civil y Ambiental en la Escuela de Ingeniería McCormick de la Universidad Northwestern. Sin embargo, el colapso del soporte principal indica una necesidad urgente de reconstrucción.
Aunque no se sospecha de negligencia en el caso del puente de Baltimore, Schofer señala que hay casos en los que la falta de atención lleva a desastres de infraestructura, como la ruptura del puente Fern Hollow en Pittsburgh. Este incidente, que arrojó un autobús y cuatro autos a un parque, se atribuyó a la falta de reparaciones en los soportes de acero corroídos.
Los expertos advierten sobre una tendencia preocupante, con incidentes que van desde descarrilamientos de trenes hasta derrumbes de autopistas y puentes, y roturas de presas en todo el país. Pero, ¿cuáles son las áreas de mayor preocupación y qué acciones pueden tomarse al respecto?
El puente Francis Scott Key, que soporta más de 30,000 vehículos diarios, será reconstruido con fondos federales. Sin embargo, muchas otras estructuras críticas en Estados Unidos no reciben la misma atención y financiamiento.
Maria Lehman, presidenta de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE) y vicepresidenta del Consejo Asesor Nacional de Infraestructuras de la administración Biden, señala que todos los condados del país tienen una lista de puentes que serían reemplazados de inmediato si tuvieran los recursos necesarios.
De los 617,000 puentes en Estados Unidos, aproximadamente una décima parte se encuentran en condiciones críticas. Esto plantea una situación alarmante, ya que eventos pasados, como el colapso del puente de la I-35W en Minnesota en 2007, han resultado en pérdidas de vidas y lesiones significativas.
A pesar de estos desafíos, Estados Unidos gasta menos del 2.5% de su PIB en infraestructuras, en comparación con la Unión Europea, que invierte más del doble. La falta de financiamiento a largo plazo ha llevado a la obsolescencia de muchas soluciones, con numerosos puentes y estructuras diseñados para durar solo unas décadas, pero aún en uso después de medio siglo.
Aunque existen tecnologías emergentes, como drones y modelos informáticos avanzados, que pueden ayudar a identificar y abordar problemas de infraestructura, su adopción ha sido lenta. Sin embargo, la aprobación de la Ley Bipartidista de Infraestructuras en 2021, que destina $1.2 billones en cinco años a sistemas de infraestructura, representa un paso significativo hacia la revitalización de la infraestructura estadounidense.
A pesar de esta inversión histórica, es crucial mantener una financiación continua para prevenir futuras crisis de infraestructura. Como advierte Lehman, es fundamental abordar las necesidades de mantenimiento de los sistemas de infraestructura antes de que los problemas se conviertan en catástrofes.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/historia/2024/04/derrumbe-puente-baltimore-consecuencias-renovacion-infraestructuras-estados-unidos
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