En contraste con España, donde el amianto fue prohibido en 2002, Estados Unidos ha sido notablemente lento en tomar medidas contra esta sustancia. Aunque ampliamente utilizado en la construcción y la fabricación debido a sus propiedades aislantes y resistencia al fuego, se ha demostrado que la exposición al amianto está asociada con graves problemas de salud, incluyendo enfermedades respiratorias y cáncer.
Más de 50 países ya han prohibido el amianto debido a su conocida relación con una variedad de cánceres, como el mesotelioma, entre otros. Sorprendentemente, Estados Unidos se ha unido a esta prohibición recientemente. La EPA ha anunciado esta semana la prohibición del uso de amianto crisotilo, la forma más común de amianto aún utilizada en el país.
Esta tardanza se debe, en parte, a la compleja situación legal que ha rodeado los intentos previos de prohibición. En 1989, la EPA intentó prohibir el amianto, pero una decisión judicial en 1991 debilitó significativamente su autoridad para hacerlo bajo la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA). No fue hasta 2016, bajo la Administración Obama, que se modificó significativamente la TSCA con la esperanza de que una nueva prohibición pudiera mantenerse en los tribunales.
A pesar de estos esfuerzos, algunos expertos consideran que la prohibición actual no va lo suficientemente lejos. Aunque cubre la forma de amianto más utilizada, no aborda las otras seis formas conocidas. Por lo tanto, queda claro que hay más trabajo por hacer para proteger a la población de los riesgos asociados con el amianto.
La historia del uso de amianto en Estados Unidos es larga y complicada. Desde su introducción en 1879 hasta su uso generalizado en la década de 1970, el amianto se ha utilizado en una amplia gama de productos, desde materiales de construcción hasta componentes automotrices e incluso en el programa espacial de la NASA.
A pesar de sus peligros conocidos, la industria química y otros intereses han obstaculizado los esfuerzos para eliminar gradualmente el amianto. Incluso cuando una administración intenta prohibirlo, la siguiente puede revertir el curso, lo que ha dificultado en gran medida los esfuerzos de regulación.
Aunque la reciente prohibición representa un paso importante, queda claro que todavía hay desafíos por delante en la lucha contra el amianto en Estados Unidos. Es crucial tomar medidas para identificar y eliminar de manera segura las fuentes potenciales de exposición, especialmente en edificios antiguos donde el amianto todavía puede estar presente.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2024/03/amianto-prohibicion-estados-unidos
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