viernes, 31 de mayo de 2024

El "Máximo Solar" el periodo que explica la actual hiperactividad del Sol.

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Las últimas semanas han sido testigo de un espectáculo celestial impresionante: la aurora boreal, que ha deleitado a muchos y ha despertado la curiosidad de otros. Pero lo que aún está por venir podría ser aún más impresionante, y potencialmente peligroso.


En aproximadamente dos semanas, el vasto conglomerado de manchas solares que ha estado desatando energía y gas hacia la Tierra se moverá hacia nosotros. Los científicos afirman que es muy probable que este fenómeno continúe siendo lo suficientemente grande como para generar más explosiones solares, lo que podría afectar el campo magnético de nuestro planeta y dar lugar a más auroras boreales.


Este fenómeno está vinculado a lo que se conoce como "máximo solar", un período que ocurre cada 11 años aproximadamente, durante el cual la actividad del Sol alcanza su punto más alto. Durante este ciclo, los polos magnéticos del Sol se invierten, dando lugar a la formación de manchas solares que expulsan material y generan lo que se conoce como clima espacial.


Este ciclo solar en particular, el número 25 desde que los humanos comenzaron a observar sistemáticamente las manchas solares en 1755, se esperaba que fuera tranquilo. Sin embargo, los científicos ahora predicen que será más intenso de lo previsto.


La intensidad de un ciclo solar se evalúa según el número de manchas solares, pero este dato no proporciona necesariamente información sobre la fuerza de las tormentas solares que puedan afectar a la Tierra. Una tormenta geomagnética a mediados de mayo fue un evento que ocurre aproximadamente una vez cada 30 años y fue la más grande desde 2003, según los expertos.


Estas tormentas solares no solo crean un espectáculo de luces en el cielo, sino que también pueden tener serias consecuencias. Interrumpen las comunicaciones globales, afectan las redes eléctricas y pueden interferir con sistemas de navegación como el GPS.


La dependencia tecnológica actual nos hace más vulnerables a los efectos del clima espacial que en el pasado. Los satélites de comunicaciones, los sistemas de posicionamiento global y las redes eléctricas son solo algunos ejemplos de infraestructuras que pueden resultar afectadas por estas tormentas solares.


Aunque la última tormenta solar no tuvo un impacto tan grave como se temía, los expertos advierten que un evento extremo, como el que ocurrió en 1859 y se conoce como "Evento de Carrington", podría ser catastrófico en la era moderna. La preparación y el monitoreo constante del clima espacial son clave para mitigar los riesgos asociados con estas tormentas solares.


Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/c255jwd15eno




 

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