viernes, 31 de mayo de 2024

Por Qué Algunos Ríos de Alaska se Están Volviendo Naranjas

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En el remoto estado de Alaska, EE.UU., varios ríos han comenzado a adquirir un desconcertante tono naranja, dejando a los científicos sin una explicación definitiva. Investigadores de la Universidad de California Davis, junto con el Servicio Geológico de EE.UU. y el Servicio de Parques Nacionales, han identificado que al menos 70 ríos y arroyos en Alaska están experimentando un fenómeno conocido como drenaje ácido de rocas.


El Fenómeno del Drenaje Ácido de Rocas


Este proceso, común en las minas pero que también ocurre de manera natural, se produce cuando los metales atrapados en las rocas durante miles de años entran en contacto con el agua, iniciando un proceso de oxidación. Brett Poulin, profesor de UC Davis y líder del estudio, señaló que los ríos de Alaska están mostrando cambios químicos similares a los observados en minas abandonadas, pero sin ninguna fuente minera cercana.


El biólogo del Servicio Meteorológico de EE.UU., Mike Carey, se encontró en 2018 con ríos completamente naranjas, algo que no había visto en sus estudios anteriores en 2017. Este fenómeno ha continuado y actualmente afecta a 75 ríos y tributarios en la cordillera de Brooks. Según el profesor Poulin, la hipótesis es que el derretimiento del permafrost permite que el agua se filtre más profundamente y entre en contacto con minerales antiguos, provocando reacciones químicas que resultan en la precipitación de metales, especialmente hierro, dando a los ríos su color oxidado.


Taylor Eviunger, investigadora del equipo de Poulin, advierte que estos cambios en la composición del agua representan un desafío para el ecosistema ártico y la salud humana. Se ha detectado un aumento exponencial de metales tóxicos como zinc, cobre, níquel y plomo, que son perjudiciales para los peces y, en consecuencia, afectan la calidad del agua potable y la pesca sostenible de las comunidades locales.



Jon O'Donnell, biólogo del servicio de parques nacionales de EE.UU., destaca que el Ártico se está calentando a un ritmo mucho más rápido que el resto del planeta, lo que podría aumentar la frecuencia de este fenómeno en otras regiones con depósitos minerales similares. Poulin, impresionado por la visibilidad del fenómeno desde el espacio, ve su investigación como un trabajo en progreso, con muchas preguntas aún por responder sobre los impactos a largo plazo en los organismos acuáticos y el medio ambiente en general.


Dinamismo y Esperanza


Aunque el fenómeno es preocupante, Poulin mantiene una actitud optimista, observando que los sistemas naturales son dinámicos y pueden cambiar. La investigación futura se centrará en identificar los ríos más vulnerables a este fenómeno y evaluar los impactos potenciales en la vida acuática y la población local.


Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/clmmr9lr1plo


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