Sofía Gatica, una residente argentina, enfrentó una tragedia personal que la llevó a luchar contra Monsanto y los agroquímicos en su comunidad. Después de que su hija muriera tres días después de nacer debido a deformaciones causadas por el glifosato, Sofía se dedicó a investigar las causas de las enfermedades que azotaban a su pueblo, Ituzaingó, en el centro de Argentina.
En la década de 1990, la siembra de soya se expandió rápidamente en la región, impulsada por la demanda internacional y las prácticas agresivas de Monsanto y otras empresas agroquímicas. Sin embargo, junto con el monocultivo de soya, llegaron enfermedades como el cáncer y defectos de nacimiento.
Sofía y un grupo de vecinas formaron Madres de Ituzaingó para investigar y combatir los efectos devastadores de los pesticidas en su comunidad. Descubrieron que la exposición al glifosato estaba causando estragos en la salud de las personas y decidieron tomar medidas.
Después de años de protestas y amenazas, las autoridades locales comenzaron a tomar medidas contra el uso indiscriminado de agroquímicos. Sofía lideró la lucha para prohibir la fumigación cerca de zonas urbanas, y en 2012, dos hombres fueron condenados por fumigar de manera indebida.
En 2012, Sofía recibió el premio Goldman Environmental Prize por su valiente activismo. Ese mismo año, los vecinos de otra localidad lograron detener la construcción de una planta de semillas transgénicas de Monsanto.
Finalmente, en 2018, Monsanto abandonó la provincia de Córdoba después de años de presión de la comunidad. A pesar de la resistencia de la empresa, Sofía y su comunidad lograron expulsar a Monsanto y sus prácticas destructivas.
Hoy en día, los pesticidas a base de glifosato están prohibidos o restringidos en 36 países, gracias en parte a la valiente lucha de Sofía y otros activistas. Aunque enfrentó amenazas y desafíos, Sofía se mantuvo firme en su búsqueda de justicia y salud para su comunidad.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/cl40ny04n3yo
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