Baja California ha reportado que la planta de tratamiento en la región descarga 23 millones de galones diarios (1,000 litros por segundo) de aguas residuales mínimamente tratadas con cloro, mientras que la Comisión Nacional del Agua de México estima el vertido en 27 millones de galones diarios (1,200 litros por segundo).
Cada día, millones de litros de aguas residuales fluyen por un cañón hacia el Océano Pacífico, al sur de la frontera entre Estados Unidos y México. Las corrientes y marejadas de verano empujan este líquido contaminado hacia el norte, afectando la playa de Imperial Beach en San Diego, donde la alcaldesa Paloma Aguirre describe el vertido como "el mayor desastre medioambiental y de salud pública del país, que pasa desapercibido".
Mientras que una crisis provocada por un huracán o incendio podría justificar una declaración de emergencia para obtener fondos de recuperación, la negligencia prolongada ha llevado a los residentes y políticos a centrarse en mejorar las infraestructuras en ambos lados de la frontera.
La Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales, ubicada en el lado estadounidense, está operando a plena capacidad y se espera que vuelva a funcionar normalmente en agosto, a pesar de estar sobrecargada y mal financiada. En México, Baja California planea invertir 530 millones de dólares para reparar la infraestructura de alcantarillado en Tijuana entre 2023 y 2027.
Kurt Honold, exalcalde de Tijuana y actual secretario de Economía e Innovación de Baja California, subrayó que la contaminación afecta tanto a Estados Unidos como a México, y destacó el impacto negativo en las playas de Rosarito y Tijuana.
Al norte del muro fronterizo, las autoridades de San Diego han cerrado las playas durante más de tres años. Cerca del muelle de Imperial Beach, las señales de advertencia han restringido el acceso al agua desde 2021, afectando al turismo.
La planta de tratamiento, administrada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (IBWC), trata actualmente 22.7 millones de galones diarios, aunque su capacidad total es de 25 millones de galones al día. La planta está programada para recibir una inversión de 30 millones de dólares para su actualización y una expansión de 400 millones de dólares para duplicar su capacidad, pero se necesitan otros 200 millones para completar el proyecto.
Al sur de la frontera, el desagüe de San Antonio de los Buenos en Tijuana sigue vertiendo aguas residuales debido a una planta en mal estado. Se espera que una nueva planta, con una inversión de 33.3 millones de dólares, comience a operar el 30 de septiembre.
El volumen de aguas residuales vertidas al océano sigue siendo incierto. La IBWC estima entre 35 y 45 millones de galones diarios, mientras que Baja California reporta 23 millones y la Comisión Nacional del Agua de México cifra el vertido en 27 millones de galones diarios. Además, se estima que unos 50 millones de galones diarios de agua contaminada fluyen desde el río Tijuana hacia Imperial Beach.
Las infraestructuras en Tijuana han sido descuidadas durante décadas, con una población que ha crecido de 65,000 en 1950 a aproximadamente dos millones hoy. La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, ha priorizado la reparación de alcantarillado desde su elección en 2021, con el compromiso de solucionar el problema.
Fuente: https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Ciudades-fronterizas-de-EU-y-Mexico-piden-ayuda-por-el-vertido-de-aguas-residuales-al-mar-20240717-0028.html
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