viernes, 11 de octubre de 2024

"Paga por tus desperdicios": cómo Corea del Sur logra reciclar el 97% de sus residuos alimentarios

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 "Es algo a lo que estoy acostumbrada. Para mí, es un hábito".  

Yuna Ku es una periodista del Servicio Coreano de la BBC que reside en Seúl. Esta joven paga por reciclar sus sobras de comida, que coloca en máquinas con sensores distribuidas en varios puntos del complejo de 2,000 apartamentos donde vive.  

El sistema de reciclaje de residuos alimentarios en Corea del Sur puede parecer complicado a primera vista, pero ha convertido al país en un modelo a seguir para otras naciones.  

Jae-Cheol Jang, profesor en el Instituto de Agricultura de la Universidad Nacional de Gyeongsang, en el sur del país, es coautor de un estudio reciente sobre el sistema coreano de reciclaje de residuos de alimentos. "Según los datos más recientes del Sistema Nacional de Manejo de Residuos de 2022, en Corea del Sur se procesan cerca de 4,56 millones de toneladas de restos de comida anualmente, provenientes de hogares, restaurantes y negocios pequeños", explica Jang a BBC Mundo. "De esa cantidad, 4,44 millones de toneladas se reciclan para otros usos, lo que significa que se recicla alrededor del 97,5% de los residuos alimentarios". Este porcentaje es extraordinario.  

Si lo comparamos con Estados Unidos, por ejemplo, la Agencia Ambiental de ese país estima que de los 66 millones de toneladas de residuos alimentarios generados en 2019 por restaurantes, hogares y supermercados, casi el 60% terminó en vertederos.  

Naciones Unidas estima que en 2019 el desperdicio de alimentos en hogares, establecimientos de venta al por menor y restaurantes alcanzó los 931 millones de toneladas en todo el mundo. Además, resalta este problema cada 29 de septiembre en el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.  


¿Cómo logra Corea del Sur reciclar sus residuos alimentarios de manera tan eficaz? ¿Qué pueden aprender otros países de este sistema?  


Campañas y protestas


El sistema coreano es el resultado de un esfuerzo que ha durado varias décadas. En 1996, Corea del Sur solo reciclaba el 2,6% de sus residuos de alimentos, pero esta cifra cambió durante la rápida transformación económica que comenzó en los años 80. "La década de los 80 fue un periodo fundamental para el desarrollo económico de Corea del Sur", afirma el profesor Jang. "Con la industrialización y la urbanización surgieron también problemas sociales, y uno de ellos fue la gestión de residuos".  


Corea del Sur, un país con más de 50 millones de habitantes, también tiene una alta densidad poblacional de más de 530 personas por kilómetro cuadrado. Para poner esto en perspectiva, en Perú, la densidad es inferior a 30 habitantes por kilómetro cuadrado.  

Los cambios económicos en Corea del Sur conllevaron un aumento en el número de vertederos, algunos de ellos ubicados cerca de zonas pobladas, lo que provocó protestas.  

Los restos de comida, al mezclarse con otros tipos de basura, no solo generan malos olores y líquidos contaminantes, sino que también contribuyen al cambio climático. Cuando los residuos de alimentos se descomponen, son una fuente de metano, un gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono.  


Las campañas ciudadanas exigieron una respuesta a la problemática de los vertederos. "Existía un fuerte sentido de comunidad para abordar juntos los problemas sociales, y las políticas de gestión de residuos del gobierno, junto con los esfuerzos a nivel nacional, nos han llevado a donde estamos hoy", señala Jang.  


En 1995 se implementó un sistema de pago por el volumen de residuos generados, aunque aún no se separaban los restos alimentarios de la basura general. En 2005 se prohibió por ley desechar restos de comida en vertederos. Finalmente, en 2013 se introdujo el actual sistema de Pago por Peso de Residuos de Comida, conocido como Wbfwf por sus siglas en inglés.  

Este sistema sigue evolucionando a medida que avanza la tecnología, pero se basa en un principio fundamental: "debes pagar cada vez que desechas tus restos de comida".  


Bolsas, calcomanías y radiofrecuencia: prácticas del sistema


El sistema de pago por residuos alimentarios varía según la región o distrito, e incluso entre diferentes bloques de apartamentos. Sin embargo, generalmente hay tres opciones disponibles.  

  1. Comprar bolsas autorizadas.

    Si se utilizan bolsas para desechar restos de comida, es obligatorio hacerlo en bolsas aprobadas. "En el caso de mis padres, que viven en una casa, compran las bolsas y cuando están llenas, las colocan en el jardín debido al olor. El servicio municipal las recoge una vez por semana", comenta Yuna a BBC Mundo. Existen bolsas de diferentes tamaños; por ejemplo, una de tres litros cuesta 300 won surcoreanos, equivalentes a unos 20 centavos de dólar, mientras que una de 20 litros cuesta 1,5 dólares.
     


        2. Comprar calcomanías.

Los establecimientos de comida suelen utilizar calcomanías o stickers que deben adquirir previamente. Estas calcomanías se colocan en cada recipiente de residuos conforme a su peso. Los restos de alimentos no consumidos en hogares y restaurantes pueden ser significativos en Corea del Sur, debido a una tradición culinaria llamada banchan, que consiste en una amplia variedad de platillos que acompañan al plato principal.
 


    3. Uso de máquinas con identificación por radiofrecuencia.


Hasta junio de este año, Yuna compraba bolsas, pero su bloque de apartamentos adoptó un sistema automatizado. La joven coloca sus desechos en máquinas que utilizan identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés), las cuales permiten la transmisión de datos mediante ondas de radio a un centro remoto. "Cada día, coloco los residuos en un pequeño recipiente de acero y, de vez en cuando, lo llevo a la máquina, que permanece cerrada. Se abre cuando ingreso mi dirección o la toco con una de las tarjetas que me proporcionaron al mudarme aquí, que identifican cada apartamento". La máquina pesa automáticamente los desechos de comida. En algunos casos, el costo se descuenta al momento de usarla de la tarjeta de crédito del usuario, mientras que en otros, como el de Yuna, el sistema computa cada uso y añade el costo a la factura mensual de servicios, como el agua. "Lo que pagas al mes depende de la cantidad de residuos que desechas". La joven, que vive sola, gasta menos de 5 dólares al mes por la eliminación de sus residuos de comida. "Siento que las máquinas con RFID son más intuitivas que las bolsas", afirma Yuna. "Considero que este sistema hace que la gente sea más consciente de sus desperdicios, porque ves el peso exacto cada vez que los tiras". Además de las máquinas en los edificios de apartamentos, en ciertos distritos hay camiones equipados con RFID que pesan los recipientes grandes al recolectarlos y calculan el costo.


Las multas  


Yuna señala que en general, la población respeta el sistema de reciclaje, que incluye regulaciones para los restos de comida y normas separadas para el reciclaje de aluminio, plástico, papel y otros materiales. Aquellos que desechan residuos de comida de manera no autorizada deben pagar multas. Estas infracciones pueden ser verificadas en los negocios mediante la baja cantidad de residuos registrados o a través de cámaras de seguridad. "En mi edificio, hubo una advertencia, por ejemplo, con un mensaje que decía: 'Recientemente, alguien tiró residuos de alimentos de manera no permitida. Contamos con cámaras de seguridad y estamos observándote. Si continúas haciéndolo, tendrás que pagar una multa'". En el caso de los hogares, las multas pueden superar los 70 dólares, dependiendo de la frecuencia de la infracción. Para las empresas, según Jang, las multas pueden sobrepasar los 10 millones de won surcoreanos, que equivalen a más de 7,000 dólares.


Qué se hace con los residuos


Los restos se reciclan para diversos fines. Según los datos de 2022, los principales usos son: raciones para animales (49%), abono (25%) y producción de biogás (14%), explica Jang. A pesar de su efectividad, el sistema de reciclaje en Corea del Sur aún enfrenta desafíos. Uno de ellos es el riesgo potencial para la salud animal, ya que las raciones elaboradas con restos de comida que no han sido procesados correctamente pueden transmitir enfermedades. "En la mayoría de los países industrializados se prohíbe o limita el uso de restos de comida en raciones para animales", comenta a BBC Mundo Rosa Rolle, experta en pérdida y desperdicios de alimentos de la FAO. En 2019, varios países asiáticos, incluida Corea del Sur, sufrieron un brote grave de fiebre porcina africana, una enfermedad viral letal que provoca fiebre hemorrágica en cerdos. Como consecuencia, el gobierno surcoreano prohibió temporalmente el uso de raciones hechas con restos de alimentos en granjas porcinas. Sin embargo, Rolle aclara que "existen estudios que demuestran que, si se utilizan los métodos de procesamiento adecuados, las raciones hechas de restos de alimentos son seguras... La industria porcina en Corea del Sur no se ha visto afectada negativamente por el uso de estas raciones". Jang asegura que Corea del Sur cuenta con un sistema de procesamiento de residuos de comida para raciones animales que está estrictamente regulado, empleando métodos como el calentamiento y la fermentación. Otros desafíos del reciclaje en Corea del Sur son el alto contenido de sal de las comidas típicas (el exceso de sal puede ser perjudicial para los animales) y la necesidad de mejorar la tecnología para aumentar la eficiencia en la producción de biogás.


Las lecciones de Corea del Sur


Uno de los secretos del éxito del sistema coreano radica en que cuenta con múltiples pilares, como el pago por el peso de los residuos, las multas y las campañas frecuentes que educan sobre la separación de residuos y el impacto ambiental de no hacerlo. "Es un enfoque integral que combina incentivos financieros, educación pública y regulaciones estrictas", explica el profesor Jang. "Este sistema ha demostrado ser eficaz para reducir el desperdicio de alimentos y podría ser un modelo valioso para otros países que buscan mejorar su gestión de residuos". Otro factor clave es la aceptación social del sistema. "Generalmente, los coreanos tienden a cumplir con las reglas y tienen un alto estándar moral", dice Yuna. "Por supuesto, no todos, pero en términos generales. Además, comparado con el salario promedio en Corea del Sur, el costo mensual de reciclar tus restos de comida no es tan elevado". El ingreso neto mensual promedio en Corea del Sur supera los 2,000 dólares. ¿Funcionaría un sistema de "paga por tus restos de comida" en países con ingresos mucho menores? Rosa Rolle señala que políticas como la de Corea del Sur son muy efectivas para sensibilizar a los consumidores sobre sus hábitos de desecho, modificar comportamientos y fomentar el reciclaje. Sin embargo, enfatiza que en países con inseguridad alimentaria, como muchos en Latinoamérica, el foco debería estar en maximizar el uso de los alimentos mediante la reducción de pérdidas y la donación de alimentos, entre otras estrategias. Los sistemas de cada país "deben basarse en datos sólidos y en una comprensión clara de dónde, por qué y en qué cantidad se produce la pérdida y desperdicio de alimentos. Las soluciones deben estar fundamentadas en evidencia científica y ser apropiadas al contexto”.


Fuente:  https://www.bbc.com/mundo/articles/cq8xzxpek7lo

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