Cuando AMLO asumió la presidencia, cinco de sus 100 compromisos estaban relacionados con el medio ambiente: reforestación masiva, fomento a energías sostenibles, restricciones a semillas transgénicas, prohibición del fracking y reducción del impacto ambiental en el turismo. Aunque hubo avances en el tema de semillas y no se otorgaron nuevas licencias mineras, muchos coinciden en que se desaprovecharon seis años en cuestiones ambientales. No solo quedaron sin cumplir la mayoría de esas promesas, sino que se promovieron proyectos con alto impacto ambiental, como el Tren Maya, que implicó la tala de siete millones de árboles, el incremento en la producción petrolera y la expansión de refinerías.
AMLO mencionó en marzo que, aunque hay una tendencia global contra el uso de petróleo y otras energías fósiles, es necesario calcular bien los tiempos para la transición. Por su parte, Claudia Sheinbaum, científica enfocada en energías contaminantes, ha expresado su compromiso con la reducción de emisiones y la protección ambiental. En su gestión en la Ciudad de México, promovió plantas recicladoras, energía solar, la ampliación del sistema de bicicletas públicas y la restauración de cuerpos de agua, logrando reducir más de dos millones de toneladas de CO2 al año.
El reto ahora es si Sheinbaum será capaz de replicar estos logros a nivel nacional, una pregunta que surge en cada aspecto donde se le compara con AMLO.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/articles/crl8d5nz2jpo
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