En mayo de 1967, durante la Guerra Fría, una intensa tormenta solar interrumpió las comunicaciones por radio y radar, llevando a científicos y militares a actuar rápidamente para determinar su causa. Una conclusión equivocada pudo haber desencadenado un conflicto nuclear.
El 23 de mayo, el Mando Aéreo Estratégico de Estados Unidos (SAC) enfrentó un posible colapso del sistema de alerta temprana de misiles balísticos. Al Buckles, controlador de acción de emergencia, lideró la coordinación entre el SAC, NORAD y el Pentágono. Aviones con armas nucleares aguardaban instrucciones mientras se evaluaba si la interferencia era natural o un ataque soviético.
Finalmente, los expertos identificaron que la interrupción se debía a una erupción solar masiva. Según Delores Knipp, física espacial, este fenómeno liberó partículas cargadas que impactaron la atmósfera terrestre, alterando las comunicaciones durante varios días.
El equipo militar utilizó datos de observatorios en tiempo real para confirmar la causa natural del fenómeno, evitando una respuesta bélica. Este evento marcó el inicio del desarrollo de la meteorología espacial en la Fuerza Aérea de EE. UU., dando lugar al Sistema de Apoyo al Entorno Espacial.
Para Buckles, fue un día más en su rol: "Cada decisión debía ser precisa, ya que un error podría desencadenar consecuencias graves". Este incidente subrayó la importancia de la observación solar para la seguridad global y sentó las bases de la previsión meteorológica espacial moderna.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2025/01/observadores-sol-evitaron-posible-tercera-guerra-mundial-1967
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