De acuerdo con USA Today, el Phos-Chek es una herramienta fundamental contra incendios forestales desde hace más de 50 años, aunque su uso no está exento de controversias. Su composición incluye principalmente sales, similares a fertilizantes agrícolas, que interfieren en la combustión de la vegetación. Estas sales, mezcladas con agua, se presentan en formas líquidas o secas según las necesidades de los equipos de emergencia.
Entre 2009 y 2021, se emplearon más de 440 millones de galones de este retardante en terrenos públicos y privados, mayormente en el oeste de Estados Unidos, según datos federales.
El Phos-Chek actúa mediante reacciones químicas que se activan al entrar en contacto con el fuego. Según Perimeter Solutions, el calor desencadena componentes del retardante que evitan que la celulosa de las plantas alimente las llamas. En su lugar, el material vegetal tratado libera vapor de agua, enfriando el fuego y reduciendo su intensidad. Adicionalmente, se forma una capa de carbono negro que aísla los combustibles residuales, dificultando la propagación del incendio.
Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), publicado recientemente, destacó posibles riesgos asociados a metales tóxicos presentes en retardantes como el Phos-Chek. Sin embargo, el fabricante ha rechazado estas conclusiones, asegurando la seguridad y eficacia del producto. Además, el estado de California no ha identificado componentes en el retardante vinculados al cáncer o a problemas reproductivos, según informó el medio.
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