Organizaciones ambientalistas entregaron a la presidenta la respuesta de miles de personas a una pregunta clave: ¿ballenas o gas? A esta iniciativa se sumaron niñas y niños de diez estados de la república, quienes expresaron su postura a través de dibujos y actividades escolares.
Para reforzar el mensaje, en el Zócalo capitalino se celebró el Ballena-Fest, donde músicos, artistas y ciudadanos de todas las edades se congregaron con disfraces de ballenas y carteles en defensa de estos mamíferos marinos. También se exhibieron dibujos que seguirán siendo recibidos junto con nuevas firmas en la petición de Avaaz, hasta lograr la cancelación del proyecto. Como parte de la jornada, una ballena gigante "navegó" desde Bellas Artes hasta el Zócalo, acompañada de activistas y ciudadanos que se unieron a la protesta.
El Golfo de California: un santuario natural en peligro
El Golfo de California es uno de los ecosistemas más ricos del planeta. En sus aguas habita el 39 % de los mamíferos marinos del mundo, incluyendo ballenas, delfines, tortugas, mantarrayas y leones marinos. También alberga 900 especies de peces, de las cuales el 90 % son endémicas, lo que le ha valido el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio Mundial Natural.
Este ecosistema se ha preservado en parte porque no recibe tráfico de grandes embarcaciones. Actualmente, el Golfo no es ruta de buques de gran calado, permitiendo que los únicos gigantes que lo habitan sean las ballenas, entre ellas la azul, la gris, la jorobada y la de aleta.
Además de su valor ecológico, el Golfo de California sostiene la economía de miles de familias en Sonora, Baja California, Sinaloa y Baja California Sur, quienes dependen del turismo y la pesca. De hecho, la mitad del producto pesquero del país proviene de estas aguas.
El proyecto Saguaro: una amenaza ambiental y climática
Si se concreta, el megaproyecto de la empresa Mexico Pacific transformaría el Golfo de California en una “zona de sacrificio”. La exportación de gas por estas aguas supondría el tránsito de buques de 300 metros de largo, excediendo en 60 metros la plancha del Zócalo de la CDMX. Estas embarcaciones representarían una amenaza directa para las ballenas, ya que las colisiones con barcos son una de sus principales causas de muerte. Para las que lograran esquivarlas, el intenso ruido submarino las ensordecería y las obligaría a abandonar su hábitat. En términos prácticos, la decisión es clara: ¿Ballenas o gas?
Pero el impacto no se limita al ecosistema marino. La operación del proyecto Saguaro generaría emisiones equivalentes a las de dos países europeos combinados: Suecia y Portugal, alcanzando 73 MtCO₂e anuales. En un momento donde la crisis climática exige respuestas urgentes, México tiene una científica climática como presidenta, un liderazgo que muchos países envidiarían. Ante esta situación, se espera que reafirme su compromiso con el medio ambiente respondiendo como cientos de miles de mexicanos: ballenas, no gas.
El futuro del Golfo de California está en juego
¿Queremos un Golfo de California vivo, que continúe sustentando familias, pequeños negocios y una biodiversidad única? ¿O permitiremos que se convierta en un territorio dominado por la industria extranjera del gas y el petróleo, donde las ballenas sean solo un recuerdo del pasado?
Más de 215 mil personas ya han decidido. Niñas y niños de todo el país han manifestado su postura. La esperanza es que, como nación, México elija un futuro en el que las ballenas sigan siendo las verdaderas guardianas del Golfo de California.
Fuente: https://www.greenpeace.org/mexico/noticia/54969/mas-de-215-mil-personas-prefieren-a-las-ballenas-no-a-la-exportacion-del-gas-por-el-golfo-de-california/
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